La policía italiana ha denunciado ante la Justicia a los dos jóvenes franceses que esta mañana se subieron a la catedral de Milán (norte) para llegar a su punto más alto, a más de 100 metros de altura, para grabarse en el lugar y colgar las imágenes en las redes sociales.
Los dos jóvenes, de 18 y 29 años y procedentes de la localidad francesa de Dijon, fueron localizados al amanecer por una patrulla policial que vigilaba la zona y los vio escalando la aguja principal de la catedral milanesa, conocida como el Duomo de Milán.
Al ser advertidos, ambos bajaron por su propia voluntad y fueron identificados por la Policía Local, que los denunció a las autoridades judiciales.
Aparentemente pretendían llegar al punto más alto, donde se alza, a 108,5 metros del suelo, la famosa «Madonnina», una estatua de cobre que representa a la Virgen de la Asunción y que, desde su colación, en 1774, se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.
«A las 6.10 horas, agentes de la Policía Local de Milán vieron a dos jóvenes subidos a la aguja de la Madonnina del Duomo, dieron la voz de alarma y se situaron en los alrededores. Bajaron, fueron identificados y detenidos: son franceses», escribió el concejal de Seguridad y Protección Civil del Ayuntamiento milanés, Marco Granelli, en Facebook.
«Esta mañana la Policía Local estaba presente e intervino», añadió al referirse al suceso del pasado martes, cuando vandalizaron la Galería de Vittorio Emmanuel, ubicada en la céntrica plaza de la catedral.
Entonces, un grupo de hombres vestidos de negro se subieron a la parte más alta del monumento y pintaron algunas inscripciones con espray, causando la indignación de turistas y milaneses.
Tras las primeras comprobaciones, no parece haber ninguna relación entre la acción de los vándalos que causaron daños en la Galería y los escaladores franceses, que llevaban teléfonos móviles y cámaras para filmar su acción, según los medios locales.
Un primer análisis de los dispositivos por parte de agentes reveló otras imágenes de escaladas urbanas en diversas ciudades europeas, como la Torre Eiffel de París, mientras se está controlando si la aguja mayor de la catedral ha sufrido daños.