Cristóbal Colón, el navegante cuyo arribo a América en 1492 marcó uno de los puntos de inflexión más significativos en la historia mundial, continúa siendo una figura de misterio y debate.
Más de cinco siglos tras su muerte en 1506, una intriga persiste, no solo sobre los detalles de su vida y origen, sino sobre el paradero final de sus restos mortales.
¿Descansa en Sevilla, España, o en la catedral de Santo Domingo en República Dominicana? Esta controversia, alimentada por estudios científicos y disputas históricas, sigue viva, sumando otro capítulo fascinante al legado de Colón.
Tras su fallecimiento en Valladolid en 1506, Cristóbal Colón emprendió un último viaje, tan errante en muerte como en vida.
Inicialmente sepultado en un humilde convento en Valladolid, la odisea de sus restos comenzó cuando, por deseo de su hijo Diego, fueron trasladados en 1509 al Monasterio de La Cartuja en Sevilla, lugar al que el navegante había mostrado especial afecto.
Sin embargo, el destino final que Colón había deseado en sus exploraciones no sería España, sino el Nuevo Mundo que había ayudado a abrir a Europa.
En 1537, cumpliendo con el testamento de Diego, los restos de Colón cruzaron el Atlántico, llegando a su más simbólica morada: la catedral de Santo Domingo en La Española, la isla que sirvió de epicentro a sus viajes en América.
No obstante, la paz sería efímera; en 1795, el Tratado de Basilea cedió la parte española de La Española a Francia, impulsando un nuevo traslado de los restos a Cuba para evitar que cayeran en manos extranjeras.
Finalmente, ante la pérdida de Cuba tras la guerra hispano-estadounidense en 1898, España repatrió los restos una vez más, retornándolos a Sevilla, donde actualmente se encuentran en la catedral de esta ciudad, marcando el fin de un periplo tan turbulento como las expediciones que lo definieron en vida.
La ubicación final de los restos de Cristóbal Colón es un enigma histórico rodeado de disputas y reivindicaciones.
España y República Dominicana, dos naciones indisolublemente vinculadas al legado del navegante, sostienen cada una que alberga sus verdaderos restos.
En Sevilla, la catedral acoge una urna que, según las autoridades españolas, contiene los huesos de Colón, basándose en análisis de ADN realizados en 2006. Estos estudios confirmaron que los restos coinciden genéticamente con los de su hermano Diego, consolidando la afirmación de que Sevilla es su último reposo.
Notiespartano/800Noticias