La cucaracha silbadora o cucaracha gigante de Madagascar se caracteriza por hacer justo lo que su nombre dice que hace: silbar. Se trata de un invertebrado de color negro y marrón con una longitud cercana a la de un dedo índice que, cuando se siente amenazado, silba al dejar pasar el aire a través de unos agujeros que tiene en su espalda.
Unos científicos han usado estos insectos para crear cyborgs que en un futuro podrían usarse para monitorear el medio ambiente o ayudar en misiones de rescate después de desastres naturales. El estudio, publicado en la revista Nature, consistió en crear un sistema con el que podían controlar remotamente las patas de las cucarachas silbadoras.
Según detallan en el estudio, el sistema se trata de una especia de mochila que se les coloca a los insectos y que se conecta a su sistema nervioso. El equipo detrás del invento asegura que tiene una potencia de salida 50 veces mayor que otros aparatos que podrían usarse.
La mochila cuenta con una célula solar ultrafina y flexible, por lo que no repercute al movimiento del pequeño animal. Los investigadores solo tenían que presionar un botón para enviar una descarga al sistema que ‘engañaba’ a la cucaracha para que se desplazase a cierta dirección.
¿Cómo colocaron la mochila en los invertebrados?
Los cables de la mochila van conectados a dos apéndices situados al final del abdomen del insecto, que son los nervios sensoriales. Sin embargo, para que el aparato funcionase, debían usar una fuente de energía inagotable. El equipo de esta investigación usó una batería recargable que funcionaba con energía solar.
Hay que tener en cuenta que la parte del abdomen en las cucarachas es lo que permite que puedan moverse o voltearse. Por lo tanto, los científicos tuvieron que ingeniársela para crear el dispositivo con un material muy fino, en concreto, unas 17 veces más fino que un cabello humano. Así, no limitaban la función del abdomen en estos insectos.