Decenas de cubanos participaron este viernes en la tradicional procesión del Viernes Santo en las calles de La Habana Vieja para pedir, entre otras cosas, por una mejora en su situación económica, en medio de la severa crisis por la que atraviesa la isla.
Los cubanos se unieron al acto, que partió a las 18:00 hora local (22:00 GMT) de la parroquia del Cristo del Buen Viaje, para recorrer el camino de las 14 estaciones que fijan paso a paso el acto religioso, que representa la muerte de Jesús.
Las procesiones religiosas fueron autorizadas por el Gobierno cubano, por primera vez después de casi cuarenta años, en 1998, tras la histórica visita del Papa Juan Pablo II a la isla.
De igual forma, en 2012, el entonces papa Benedicto XVI solicitó durante una visita pastoral a Cuba al entonces presidente insular, Raúl Castro, que se restableciera como festiva la conmemoración del Viernes Santo, suspendida por casi medio siglo.
Ese año y el siguiente, el Gobierno lo declaró festivo con “carácter excepcional” y desde 2014 consideró esa fecha cristiana como oficial.
Las relaciones de la Iglesias Católica y el Ejecutivo cubano vivieron tensiones a inicios de la revolución en 1959, y durante años se mantuvieron con altas y bajas hasta que, a comienzos de la década de lo noventa, los cubanos transitaron a una distensión, especialmente desde la visita de Juan Pablo II.
Prohibiciones en algunas iglesias
A pesar de la realización de la procesión en la capital y en otras ciudades del país -111 actos entre Viernes Santo y Domingo de Resurrección, según la Conferencia de Obispos Católicos, citada por el medio independiente cubano 14ymedio- la prensa no oficial se ha hecho eco de casos en los que las autoridades negaron el permiso de realizar el acto.
Entre las prohibiciones citadas están varias parroquias de la diócesis Bayamo-Manzanillo (oriente), uno de los puntos en los que cientos de cubanos manifestaron contra el Gobierno el pasado 17 de marzo por la falta de comida y electricidad.
Otro caso está en La Habana, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el céntrico barrio de el Vedado. En declaraciones a EFE, el párroco Fray Lester Zayas aseguró que el permiso le fue denegado el pasado domingo. Y añadió que cuando preguntó por qué, su prior (superior) le informó que fue por su «persona».
Zayas lo atribuyó a homilías (sermones) en las que se ha referido a la situación del país, en una profunda crisis económica con escasez de productos básicos y largos cortes eléctricos.
«La gente dice los curas no pueden hacer política. Y es verdad, si por política entendemos la política partidista (…) pero si entendemos la política como lo social (…) entonces, es posible hablar del Evangelio (…) No es posible que el sacerdote se pare en el púlpito y nos hable del Cielo que va a llegar si no somos capaces de transformar el suelo, donde tenemos niños que van a la escuela sin desayunar porque no tienen leche…», aseguró a EFE.
El párroco consideró que la prohibición del Gobierno es un claro «atentado contra la libertad religiosa».
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, informó el miércoles que en 2023 registró “al menos 936 actuaciones contra el ejercicio de las libertades religiosas” en Cuba.
Notiespartano/EFE/jce/jrh