El ejercicio físico intenso y los problemas de circulación son algunas de las causas más comunes de debilidad en las piernas. No obstante, este síntoma también puede ser resultado de afecciones neurológicas, cardiovasculares y osteomusculares graves.
Cuando hablamos de debilidad nos referimos a la disminución o pérdida parcial de la fuerza. En este sentido, las personas con debilidad en las piernas no son capaces de mover los músculos de los miembros inferiores, aun cuando lo intentan.
Las causas más comunes de debilidad en las piernas
La debilidad en las piernas entorpece la realización de las actividades diarias y dificulta la motricidad de las personas afectadas. Además, es uno de los principales motivos de caídas y lesiones en adultos mayores. Dentro de las causas más comunes podemos contar las siguientes.
1. Actividad física de alta intensidad
La actividad física de alto nivel y el sobreentrenamiento son causas frecuentes de debilidad en las piernas, sobre todo en personas con poca experiencia. En general, este síntoma aparece posterior a las sesiones de entrenamiento y puede ir acompañado de temblores musculares.
De igual forma, es habitual que la debilidad reaparezca luego de un par de días, asociada a dolor y tensión muscular. En este caso, la misma es resultado del proceso de recuperación del tejido distendido y desgastado. En la mayoría de los casos, las personas mejoran de forma espontánea luego de 2 a 4 días.
2. Enfermedad arterial periférica
Se trata de un problema circulatorio frecuente que afecta a un 15-20 % de las personas mayores de 70 años, según estudios. Esta enfermedad es resultado de una disminución del calibre de las arterias con reducción del flujo sanguíneo a las extremidades.
La debilidad muscular y el entumecimiento de las piernas son manifestaciones típicas de esta condición. De igual forma, los pacientes suelen manifestar dolor en los muslos o las pantorrillas luego de caminar o subir escaleras.
Otros síntomas incluyen los siguientes:
- Sensación de frío en la pierna.
- Cambios de coloración en los miembros inferiores.
- Pulso débil en las piernas o en los pies.
- Piel brillante.
La aterosclerosis es el principal responsable de la enfermedad arterial periférica. El examen físico, el índice tobillo-brazo, la ecografía Doppler y la angiografía son los métodos utilizados para el diagnóstico. El tratamiento está orientado a aliviar los síntomas y detener la progresión.
3. Insuficiencia venosa
Este es un trastorno vascular caracterizado por una dificultad para el retorno de la sangre de las piernas al corazón por incompetencia de las válvulas en las venas. Con el tiempo, las venas se distienden y retienen la sangre en los miembros inferiores, especialmente al estar de pie.
Esta afección es 5 veces más frecuente en mujeres que en hombres, según investigaciones. Por lo general, se aprecian cambios en la piel, como hinchazón, resequedad, enrojecimiento, formación de várices y heridas que tardan en cerrar.
4. Neuropatía periférica
La neuropatía periférica es una afección neurológica que se produce por el daño de las vías nerviosas responsables de la transmisión de la información entre el cerebro y el resto del organismo.
En la mayoría de los casos, las personas manifiestan un dolor punzante o quemante en las piernas o las manos. De igual forma, es posible encontrar los siguientes síntomas:
- Entumecimiento y hormigueo.
- Debilidad muscular.
- Hipersensibilidad al tacto.
- Problemas de coordinación y marcha.
Así mismo, los principales responsables de este síndrome son las lesiones traumáticas, la diabetes, las infecciones y la exposición a sustancias tóxicas. El tratamiento incluye el uso de medicamentos para reducir los síntomas, la estimulación nerviosa, la fisioterapia y la cirugía.
Notiespartano/Mejorconsalud