Cuando Daniret Machado llegó a España en 2018 casi de inmediato comenzó a enviar remesas a su familia en Venezuela. Al inicio consignaba 50 euros al mes, para ayudarlos a adquirir los productos de la cesta básica y cubrir otros gastos.
Ahora esa cantidad no es suficiente, y Machado debe enviar 50 euros por semana para que su familia cubra los mismos gastos que hace cuatro años cubría con 50 dólares al mes.
“No les alcanza como les podía alcanzar hace cuatro años», dijo la joven de 25 años que trabaja como repartidora. «Puedo enviar 50 o 20 euros semanales, depende también de cómo me vaya porque no tengo un sueldo fijo”, comentó a la Voz de América.
Machado dijo que ha llegado a enviar hasta 400 dólares en remesas en un mes.
“Aquí [en España] el sueldo mínimo son 1.200 euros, estoy enviando más de la cuarta parte de mi sueldo. En Venezuela eso representa muchísimo con respecto al sueldo mínimo, aunque con los precios de allá sigue siendo poco”, afirmó.
Un caso similar vive Daleska Salas, quien envía remesas desde que emigró a Perú en 2018. Entonces consignaba a su madre 30 dólares al mes, pero ahora la cifra se triplicó.
“Con unos 34 dólares mi mamá hacía un mercado completo, casi que no le cabía la carne en la nevera, pero ahora ya no es suficiente”, dijo.
La migración en Venezuela en los últimos seis años generó un aumento en el envío de remesas. En 2021, las remesas representaron el 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Ese año al menos 24,3% de los hogares venezolanos recibieron remesas, según la consultora Anova Policy Research.
Pero debido a la inflación, cada vez es menos lo que pueden adquirir las personas con el dinero que perciben de remesas.
Notiespartano/800Noticias