Las bibliotecas son lugares mágicos y estimulantes. Desde el punto de vista etimológico, se les da ese nombre a todos los lugares en los que se guardan los libros. Lo cierto es que muchos de estos establecimientos guardan también imágenes, música e incluso juguetes y semillas.
Se cree que las bibliotecas nacieron prácticamente al mismo tiempo que la escritura, por lo que tienen alrededor de unos 4000 años de antigüedad. A veces funcionan en edificios formales, pero también las hay en barcos y sobre caballos, burros o camellos. La biblioteca flotante más grande del mundo viaja en el Queen Mary y contiene 6000 obras.
El primer bibliotecario de la historia fue un monje llamado Anastasio. Le encomendaron organizar los archivos de la iglesia en Roma, en el siglo IX. Viendo que su labor era un oficio bien diferenciado de los demás, decidió nombrarse a sí mismo como bibliothecarius. Veamos otras curiosidades de las bibliotecas.
“Siempre me he imaginado que el paraíso es una especie de biblioteca”.
-Jorge Luis Borges-
Las bibliotecas más antiguas
Todo indica que las bibliotecas existen desde mucho tiempo atrás. Las primeras evidencias de la existencia de este tipo de establecimientos se encontraron en Sumeria. Comprenden una serie de tablas de arcilla organizadas de forma consecutiva. Tienen escritura cuneiforme, la más antigua de todas. Contienen, sobre todo, registros de ventas y documentos comerciales.
En cuanto al primer edificio construido específicamente para albergar libros, se levantó en Nínive, en el siglo VII antes de nuestra era, en lo que hoy es Irak. Se le conoce como la biblioteca de Asurbanipal. Apenas quedan unos vestigios de ella.
La biblioteca más antigua de cuantas se conservan es la de Qarawiyyin, en Marruecos. Data del año 859 y conserva manuscritos con más de 12 siglos de antigüedad. En su momento, fue una de las más importantes del Mediterráneo.
Las más llamativas
La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos se considera la más grande del mundo. Contiene 164 millones de publicaciones, en 450 idiomas diferentes. Por desgracia, solo los funcionarios gubernamentales pueden consultar las obras, aunque el establecimiento está abierto al público.
El segundo lugar entre las bibliotecas más grandes del mundo lo ocupa la Biblioteca Británica de Londres. Alberga 150 millones de obras, entre libros, manuscritos, partituras, revistas y mapas. En este caso, cualquier persona puede disfrutar del material almacenado allí.
De todos modos, ya se está construyendo la madre de todas las bibliotecas: la Biblioteca Digital Mundial. Incluirá todas las obras que están en otras bibliotecas, incluyendo la famosa Biblia de Gutenberg. Cualquier persona podrá consultarla.
Por su parte, la biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial ha sido catalogada como la más hermosa del mundo. También es conocida como la Escurialense o la Laurentina. Data de 1556 y contiene una amplia colección de textos, en especial del siglo XIV y XV, en latín, árabe, hebreo, provenzal y otros idiomas.
Las bibliotecas y las guerras
Por desgracia, han sido varias las bibliotecas que han terminado siendo víctimas de una guerra. La más famosa es la legendaria Biblioteca de Alejandría, que llegó a convertirse en el principal centro de difusión del conocimiento de la Antigüedad. Por desgracia, Julio César provocó un incendio durante una batalla y este alcanzó a ese centro del saber.
El sitio no quedó destruido por completo, pero más adelante recibió un nuevo atentado. Es célebre la anécdota del califa Omar, que en el siglo VII pronunció su lapidaria sentencia: “si no contiene más que lo que hay en el Corán, es inútil, y es preciso quemarla; si contiene algo más, es mala, y también es preciso quemarla”. Se cree que en total fueron destruidas 40 000 obras, privando a la humanidad de un gran legado.
Otra de las famosas destrucciones fue la que se produjo en 1562 a manos de fray Diego de Landa en Yucatán (México). El objetivo de este religioso era evangelizar a los mayas. Como ellos tenían una cultura bien cimentada, se negaron a renunciar a sus creencias. Esto hizo que el fraile decidiera quemar 40 códices mayas, verdaderas joyas de los saberes precolombinos.
En 1992 fue bombardeada la Biblioteca Nacional de Sarajevo por las tropas serbio-bosnias. Se trató de una acción premeditada. Así mismo, en 2003 se quemaron más de un millón de obras de la Biblioteca Nacional de Irak, durante la invasión de Estados Unidos. Allí reposaban varios de las obras más antiguas del hombre, con un valor incalculable.