A Rafael Tobías Mendoza Rosas, el hijo de Antonio Mendoza y Cleotilde Rosas le tocó aprender el juego de gallos de su padre y tío Rafael Mendoza que eran de la clase gallera más reconocida de Los Robles. Un pueblo reconocido por la estirpe gallística roblera con fama importante en la comunidad margariteña y donde galleros de categoría han venido creciendo en estos espacios del orégano, de los conejos y los chivos.
Grandes galleros ha tenido Los Robles que han salido a batallar en las distintas galleras de Margarita y en distintos espacios gallísticos de Venezuela.
Entre esos gladiadores del ruedo gallístico recordamos a Luís Mendoza que con un careador como Felipe “El Enano” que le hacía el trabajo de limpieza y careo en los espacios de la Calle Bolívar de Los Robles, Efrén Mendoza, el hermano de Tobías que es otro gallero reconocido y escritor copeyano de vieja data que asesorado comunicacionalmente por el atamero periodista Carlos Villalba ha tenido figuraciones interesantes en crónicas robleras que rondan los espacios de la hipérbole como recurso literario.
Entre otros galleros de prestigio roblero José Alejandro Gómez, Chindo Ferrer, Chichito Ferrer, el Mocho Boadas, Chente “Guamachera” Gómez, Rafael Mendoza, Erasmito Brito, Frank Luís Brito, Antonio Franco, Jesús Brito, Chu Luís Brito, Trino Rosas, Gustavo Brito y tantos otros robleros que en los últimos tiempos han incursionado en este complejo mundo.
Al Águila Negra Tobías Mendoza le correspondió poner en práctica sus conocimientos gallísticos en la finca de Morel en Achípano, donde por años el hijo de Antonio Mendoza llevó la batuta de la preparación de los animales de pelea. El Águila Negra empezó a hacerse conocer en los predios gallísticos regionales por su vestimenta con sombrero negro de alas grandes, camisa con el nombre del Águila Negra en la espalda y con pantalones y botas negras.
Sin dudas Rafael Tobías un personaje reconocido del mundo gallístico que no solo es experto en la alimentación de los gladiadores, sino que el entrenamiento es su principal carta de presentación y hay que ver a Tobías metido en el pequeño redondel danzando al compás de las exigencias del gallo de turno. No tiene comparación el trabajo atlético del Águila Negra en la preparación de los gallos, sino también en las intervenciones quirúrgicas a cada ejemplar cuando hay que cambiarles el pico, sacarle los granos atravesados en la garganta y cualquier otra eventualidad física. Todavía el Águila Negra se monta con fuerzas en las acrobacias del instructor físico que forma atléticamente a sus ejemplares hasta convertirlos en ganadores.
Es un mundo de dedicación exclusiva, a tiempo completo y llegar a los predios del Águila Negra es encontrarse con molinos para maíz, medicinas de todo tipo, pesos, jaulas, guarales, tijeras y toda una quincalla de implementos para poder atender a los gallos cómo debe ser. Eso sin describir el proceso de alimentación tan costoso para mantenerlos en condiciones, la tranquilidad para el gallo dormir la noche antes de la pelea.
Dice Tobías que la preparación es la clave no solo es a base de careos, sino los entrenamientos en las cuerdas que es el ejercicio para fortalecer las patas y por tanto la velocidad de las espuelas, pues gallo que no esté entrenado es seguro perdedor.
El Águila Negra es un gallero mágico que hay que reconocerlo por su trascendencia y por sus pasos en los recintos gallísticos. Pero en la preparación de los gallos que incluyen la preparación de las espuelas, el tuseo, la fuerza de sus patas y la velocidad de su pico tienen que ver con el entrenamiento que éste mago de la batalla gallística.
El salto del Águila Negra para llegar al ruedo es impresionante y grita a todo pulmón “aquí llegó el Águila Negra” para intimidar a sus contrincantes que los hay muchos con ganas de ganarle a éste roblero en sus careos diarios. No es fácil ganarle un gallo a Tobías y muchos han intentado, pero han salido derrotados por la entrega, por la lucha y por la categoría de sus entrenamientos.
La vida gallística del Águila Negra ha transcurrido entre picos y espuelas y esa constante de su vida lo ha marcado como un exitoso gallero. Conocer al Águila Negra un apasionado de la cría de gallos de pelea que ha dedicado parte de su existencia a trabajar en los corrales y en las galleras insulares para mantener un trabajo interesante que se ha mantenido en el devenir de la historia de esta región.
No ha llevado contabilizado los premios que ha ganado el Águila Negra por haber y terminado las peleas en el menor tiempo lo que se ha traducido en novillos, chivos, cajas de whisky, cochinos y premios en metálico. Esas satisfacciones de los triunfos han permitido que el nombre del Águila Negra recorra la geografía nacional desde Margarita hasta Guárico, Apure, Cumaná, Barcelona, El Silencio, Caripito, Güiría y todas partes de Venezuela.
De esa forma Tobías Mendoza con su seudónimo del Águila Negra es parte de las crónicas insulares y un valor importante en la sociedad insular. En Los Robles y en toda Margarita ese nombre se ha posesionado como una de las figuras del pico y las espuelas que es respetado por la comunidad insular.
En la política es un ganador y mientras otros andan dando saltos de rana el Águila se anota a ganador por su buena vista y sentido de la oportunidad siempre ha estado donde se lanzan los cohetes y se descorcha el champagne.
Encíclica/ManuelAvila