El día de mi juramentación como Cronista Oficial de Nueva Esparta, el Gobernador Encargado Vaché Rodríguez Villalba me dijo: “Ahora debes ir a Cubagua a hacer una crónica de esa isla histórica”. Acepté el reto y este domingo 11 me correspondió acompañar a mis amigos del Centro Venezolano Americano que preside el incansable Jhonatan Rodríguez y la superintendente de la diplomacia y la cultura Magaly Guédez de García. Con todo el equipo docente y administrativo de CEVAMAR nos fuimos bien por la mañana guiados por el equipo de Cubagua es Infinito a internarnos en las profundidades azules de la Cubagua de los sueños.
Una travesía lenta pero segura con mucha alegría juvenil interesada en no solo disfrutar de las playas, el paisaje, las ruinas, la historia y la cultura de un pueblo convertido en ruinas por efectos de la naturaleza, pero plagado de historia en cada peñasco, vegetación y un suelo idéntico al margariteño como una especie de réplica de hermanos siameses.
Con razón el Maestro Ramón Vásquez Brito se inspiró en los matices de colores de Margarita, Coche y Cubagua para pintar sus cuadros que recogen esas tonalidades de colores profundos de dimensión desconocida que combinados con el brillo de la ardentía dio matices mágicos de luminosidad.
El recorrido lento con un sol ardiente que obligaba al aceite y el protector encandilaba a la tripulación de la embarcación que rasguñaba el mar con su paso mortuorio como si fuese una procesión en el mar. Ahí fuimos avanzando por 45 minutos entre chanzas, chistes y risas que se escuchaban como el eco de los peces en una embarcación del placer.
Al fin vimos Cubagua con su azul infinito en cuadro multicolor que parecía hacha con el pincel de Dios porque combinar tanta belleza no puede ser otra cosa que sueños y magia. Es que tener en un solo cuadro la cordillera de Macanao con su sombra inmensa, las Tetas de María Guevara con sus huellas del tiempo, el Matasiete distante como un gigante de siete leguas, las ruinas de esa isla procera que se perdió en el mar profundo para convertirse en ruinas que son parte de la magia de esta isla de azul y viento. Sin dudas un ambiente mágico que parte de Venezuela no conoce y se queda solo en la visión deformada de una isla azotada por un terremoto o maremoto que la borró de la faz de la tierra,
Ahí estaba Cubagua frente a nosotros con un Jhonatan que no dejaba de suspirar y que afinaba su cámara para enviar gráficas de la despedida de los trabajadores de CEVAMAR a sus jefes del Norte para que vean desde lejos la magnitud de la historia de una isla sepultada bajo el mar. Desde la brisa yodada hasta los melones de sabana y el resto de la vegetación de una isla de sal y viento nos indicaba que estábamos pisando tierra sagrada donde espíritus nobles de mucha que desapareció bajo las aguas merodean ese espacio de paz e invitan a los visitantes a la isla a recordar e investigar sobre las ruinas de una isla que fue uno de los emporios perlíferos del mundo y que fue por años el símbolo de la prosperidad insular.
Este es otro mundo de la belleza seleccionada como punto de destino de CEVAMAR cada año para que sus funcionarios docentes, administrativos y obreros se nutran de tanta historia sepultada bajo el mar, de tanta belleza cromática dibujada por el creador y de tanto aire de pureza cristalina para que aprendamos a valorar lo nuestro.
Cubagua sigue siendo hermosa con su belleza infinita que no pierde brillo con el paso de los años y se mantiene vigilante ante las miradas de sus moradores que cuidan como un tesoro la belleza de este paisaje hermoso.
Caminar entre las piedras que quedaron enterradas en la arena es recordar que en sus suelos pisaron hombres y mujeres de la historia insular es parte de la historia de nuestros orígenes que debemos mantener vigentes porque la historia de esa Cubagua de nuestros sueños es parte de la realidad insular.
De una isla sepultada bajo el mar y reducida a ruinas quedaron recuerdos maravillosos que ayer se agolparon en mis imágenes para escuchar risas y cantos de sirenas que se venían con la brisa marina a chocar con los alcatraces que marineaban haciendo cabriolas en el aire. Ahí me senté solo en uno de los bancos de la colinita que le quedó a Cubagua y miles de imágenes cruzaron por mi mente en ese viaje imaginario hacia el infinito de una Ciudad dormida en el tiempo.
Volví en si cuando la brisa tropezó con mis imágenes haciendo un coctel de figuras difuminadas que vieron aparecer de repente a muchos hombres y mujeres pintados de negros y de gris por el barro milagroso de Cubagua que según los pobladores es mágico para la salud y la vida.
Atrás estaban Jhonatan, Magaly, Jorge Colmenares y el Silencioso Ricardo García delineando como hacer un congreso de cronistas en Cubagua para discutir por días sobre la historia de una isla mágica obligada a estar amordazada por siempre bajo las aguas del mar.
El informe va para el Norte para que los americanos visualicen desde tierras lejanas lo interesante de esta belleza natural sembrada en el Caribe y que es parte del patrimonio mundial para realizar estudios interesantes de diversas temáticas.
A Jorge y a Teo Solórzano le asignó el Presidente de CEVAMAR estudios importantes sobre los rastros de Cubagua en el tiempo. El valor patrimonial de Cubagua sigue vigente y es tiempo de retomar nuevamente las banderas de la investigación para preservar y sembrar historia sobre Nueva Cádiz que debe ser objeto de estudios importantes sobre patrimonio, educación, cultura e historia, pues como dijo el historiador Iván Gómez “Cubagua quedó sumida en su propio silencio, lastimado a veces sólo por el canto de los pájaros y los gritos de los pescadores, únicos herederos de su territorio” y que yo le agregaría “ A esa Cubagua que duele debemos tenderle las manos para que se mantenga intacta ante las ambiciones de los enemigos de nuestra historia y su valor patrimonial”.
ManuelAvila