¿Has oído hablar del herpes alguna vez? Muchas personas lo tienen aunque la mayoría no lo sabe, ya que esta enfermedad puede no dar síntomas. ¿Y tú, cuánto sabes sobre el herpes genital? Si puedes responder a estas sencillas preguntas, entonces sabrás lo necesario para poder protegerte y disfrutar de una vida sexual más sana y segura.
¿Es lo mismo el herpes que un virus?
Sí. De hecho, el herpes genital puede ser causado por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) o el herpes simple tipo 2 (VHS-2), aunque este último es el causante más común mientras que el VHS-1 suele ser el responsable de llagas en los labios (que los conocemos como fuegos) y en la boca.
¿El herpes genital puede ser tratado con antibióticos, como si fuera una infección provocada por una bacteria?
No. Como se trata de un tipo de virus, los antibióticos no tendrán ningún efecto sobre el herpes genital. En realidad, una vez que te has contagiado, el herpes no puede curarse. Lo que sí es posible es tratarlo con antivirales para evitar que se produzcan las lesiones o ampollas que causa y disminuir las posibilidades de contagiárselo a tu compañero o compañera.
¿Puedo contagiarme si me siento en un baño público?
No, las posibilidades de que eso ocurra son mínimas. El herpes genital, como otras ETS, se contagia a través del contacto íntimo con una persona infectada, es decir mediante sexo sin protección, ya sea vaginal, anal u oral. También puede contagiarse a través de un beso o del solo contacto con la piel.
¿Es el herpes genital un problema sólo de las mujeres?
No. Si bien este tipo de ETS se da más en las mujeres que en los hombres, muchos de ellos tienen esta enfermedad y también pueden contagiársela a sus parejas. Una persona infectada frecuentemente transmite el virus cuando las ampollas de la piel son visibles, pero el virus también puede propagarse sin que haya ningún síntoma y sin que haya llagas en la piel.
¿Me daré cuenta cuando me contagie de un herpes?
No siempre, ya que a veces esta enfermedad no da señales. Cuando sí da síntomas, estos pueden ser:
- Picazón (comezón), ardor, dolor y pequeñas ampollas en el área genital o anal.
- Úlceras pequeñas o llagas en la piel.
- Dolor local si la orina toca las úlceras genitales.
- Flujo de la vagina o la uretra.
- Ganglios linfáticos crecidos (agrandados) o dolorosos (glándulas inflamadas) en la ingle.
- Dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares y malestar general.
¿Estos síntomas se incrementan con el tiempo?
No. En general, el primer episodio de herpes es el que da los síntomas más fuertes. Luego, pueden volver a aparecer en cuestión de días o semanas, y a veces la persona infectada no vuelve a tener ningún síntoma por años. Cuando los episodios de herpes son recurrentes, los síntomas pueden desencadenarse debido al estrés físico o emocional, por exposición a la luz del sol o, en las mujeres, debido al uso de anticonceptivos orales o relacionados a los períodos menstruales.
¿Puede el médico pedirme un análisis de sangre para detectar la presencia de un herpes genital?
Sí, es una de las maneras de detectarlo, junto con otros análisis de laboratorio que puede solicitarte.
¿Qué pasa si una mujer embarazada tiene herpes?
La mujer embarazada puede contagiarle el herpes al bebé durante el parto. Por eso, si tiene herpes genital o si lo contrae durante el embarazo, el médico posiblemente le recomiende tener a su bebé por cesárea.
¿Puedo evitar el contagio del herpes?
Sí, manteniendo relaciones sexuales seguras (con protección) es posible disminuir las posibilidades de contagiarte: limita el número de parejas sexuales y siempre usa preservativos a menos de que mantengas una relación monógama con una persona que no está infectada.
Si tienes dudas y temes haberte contagiado, no esperes a tener síntomas para consultar a tu médico. Y con todos estos datos en mente, no hagas que algo tan agradable como el sexo se convierta en una práctica de riesgo para tu salud, o la de la persona que tanto deseas.