La Luna es un objeto de deseo desde que el hombre primitivo levantó sus ojos al firmamento y observó su imponente presencia. Para estar cada vez más cerca, este anhelo se transformó en misiones espaciales que, después de cada “operativo” exitoso, achicaron la insondable distancia de unos 350.000 kilómetros de la Tierra.
Más allá de contemplarla a simple vista, la exploración lunar comenzó en profundidad con la invención del telescopio óptico del célebre Galileo Galilei, primera persona que utilizó este dispositivo con fines astronómicos en 1609, donde pudo observar las montañas y los cráteres de la superficie lunar.
La Luna es un objeto de deseo desde que el hombre primitivo levantó sus ojos al firmamento y observó su imponente presencia. Para estar cada vez más cerca, este anhelo se transformó en misiones espaciales que, después de cada “operativo” exitoso, achicaron la insondable distancia de unos 350.000 kilómetros de la Tierra.
Más allá de contemplarla a simple vista, la exploración lunar comenzó en profundidad con la invención del telescopio óptico del célebre Galileo Galilei, primera persona que utilizó este dispositivo con fines astronómicos en 1609, donde pudo observar las montañas y los cráteres de la superficie lunar.
Ayer, India hizo historia, cuando su misión espacial Chandrayaan-3 logró posarse en la Luna, una hazaña que sólo cuatro países en el mundo han cumplido. Pero a diferencia de Estados Unidos, Rusia y China, la nación india logró hacerlo en el polo sur de nuestro satélite natural.
Lanzada el 14 de julio último, la misión vivía una especie de carrera espacial moderna contra la misión rusa Luna-25, que despegó el pasado 11 de agosto, y también buscaba alunizar y ser la primera en alcanzar el polo sur de la Luna. Pero el accidente que sufrió la nave rusa esta semana despejó el camino para que India hiciera historia con Chandrayaan-3.