En las últimas dos o tres décadas las compresas desechables han mejorado mucho. Sus sistemas de sujeción a la ropa interior son cada vez mejores. Algunos modelos tienen “alas”, que las mantienen en su lugar por más tiempo y reducen el riesgo de manchado. Y son cada vez más compactas y absorbentes.
Recientemente se ha popularizado mucho en varios países el uso de una alternativa mucho más ecológica y sostenible: la copa menstrual. Aunque no es para nada nueva -se tienen datos de los primeros prototipos hechos de caucho que datan de hace casi un siglo- su uso no se había popularizado. Quizá porque no resultaba práctica en esa época o precisamente porque ganaban terreno las alternativas desechables, algo similar a lo que ha pasado con los pañales para los bebés.
Sin embargo, la evolución de este dispositivo con materiales cada vez más confortables y formas más anatómicas y prácticas para su colocación y retirada, así como la creciente preocupación de la población por buscar alternativas con menos impacto ambiental, la han postulado como una opción muy atractiva en los últimos años.
¿Qué es y cómo funciona?
La copa menstrual, como su nombre lo indica, es un dispositivo fabricado normalmente de silicona de uso médico, cuyo propósito es recoger la sangre menstrual. Es maleable y esta diseñada para adaptarse a la musculatura de la vagina. Se inserta de forma similar a un tampón y se puede quedar alojada durante unas 8-12 horas.
Entre sus principales ventajas, además de las ecológicas y económicas derivadas de ser un producto reutilizable durante varios meses o años si se le dan los cuidados adecuados, es que es muy cómoda -una vez insertada prácticamente pasa desapercibida para su usuaria- y favorece el equilibrio de la flora intestinal.
Existen diferentes tallas, que varían según fabricante, y pueden ser usadas por adolescentes desde sus primeras reglas hasta por mujeres que han tenido varios partos vaginales o que se aproximan a la etapa del climaterio o menopausia. Si no estás segura de qué medida o modelo es adecuado para tí, puedes consultar con tu matrón/a o ginecólogo/a.
Según explica la Dra. Elisa Llurba, jefa del Grupo Medicina Perinatal y de la Mujer del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, de Barcelona (España) y directora médica del la clínica de medicina funcional beDona, la copa menstrual es una alternativa muy segura, que ofrece muchas ventajas:
- Es discreta. Algunas compresas se pueden llegar a ver y pueden ser incómodas.
- Resulta cómoda para ir a la playa, practicar deporte o usar cualquier tipo de ropa.
- Si se elige el tamaño adecuado, no se cae o se mueve de su sitio, como puede ocurrir con los tampones en mujeres que han tenido varios partos vaginales, por ejemplo.
- Puedes estar muchas horas sin necesidad de cambiarla
- No produce síndrome de shock tóxico. Los tampones pueden llegar a causar esta complicación que, aunque muy poco frecuente, puede llegar a ser grave.
- Requiere cuidados muy sencillos: Lavado con agua y jabón neutro durante los días del sangrado y hervirla entre uno y otro ciclo.
Inconvenientes
Aunque se trata de un dispositivo con muchas ventajas, su uso no está exento de dificultades, entre ellas destacan:
- Las primeras veces puede ser difícil su colocación. Aunque se trata de un proceso que en pocos días se aprende, algunas mujeres desisten en los primeros intentos. Esto mejora mucho con un adecuado conocimiento de la anatomía de la vagina y el cérvix.
- Al retirarla debemos romper el vacío que crea para facilitar la extracción, en lugar de estirar como haríamos con los tampones. También requiere una cierta destreza y algo de práctica.
- Su vaciado fuera de casa puede suponer un inconveniente, especialmente en aquellos baños públicos en los que no se dispone de un lavamanos en el mismo espacio que la taza del baño. Pero algunos modelos permiten el vaciado de esta sin necesidad de extraerla, lo que disminuye la manipulación. Otros ofrecen packs de 2 unidades con una funda impermeable que nos permite guardarla de forma higiénica hasta poder llegar a un sitio adecuado para limpiarla.