Cada persona y cada pareja vive la sexualidad de una forma diferente. Sin embargo, en la mayoría de los casos este es un aspecto muy relevante. Cuando la relación atraviesa momentos complicados, la vida sexual se resiente, así como es probable que aparezca la insatisfacción si la intimidad se descuida. Por ello queremos ofrecerte algunos consejos para renovar el placer.
Seguro has escuchado que, con el paso del tiempo, la pasión disminuye. Los vínculos afectivos evolucionan y son pocas las parejas que mantienen con los años la misma frecuencia en su actividad sexual que al inicio de la relación.
No obstante, esto no significa que haya que resignarse o renunciar al placer. Tu vida en pareja puede continuar siendo plenamente satisfactoria. ¿Quieres descubrir cómo lograrlo? Te aportamos algunas ideas.
¿Por qué es importante renovar el placer?
Según la teoría triangular del amor de Sternberg, este sentimiento está formado por tres componentes: intimidad, compromiso y pasión. Esta última predomina en los estados iniciales de la relación y puede ir perdiendo relevancia en favor de los otros elementos.
Sin embargo, si se extingue por completo, el vínculo pasa a ser lo que se denomina un amor social. Puede funcionar para algunas parejas, pero crea una gran frustración e insatisfacción en otras.
No olvidemos que el sexo en el seno de una relación afectiva es mucho más que un mero acto físico; es un espacio de conexión, de intercambio y de dedicación mutua. Experimentar el placer en pareja refuerza el vínculo y mejora el bienestar y la autoestima de ambos miembros.
¿Cómo renovar el placer en pareja?
Es importante resaltar que, cuando hablamos de sexualidad, no existen unos estándares a los que acogerse. Para cada pareja, la frecuencia ideal con la que mantener relaciones sexuales puede ser diferente. Además, como hemos comentado, es normal que esta varíe a medida que el vínculo evoluciona.
Sin embargo, cuando estos cambios causan conflicto, ha llegado el momento de dialogar y actuar para renovar el placer. Verás que no es tan complicado como piensas.
1. Hazte cargo de tu propio placer
Es evidente que a la hora de mantener relaciones sexuales con otra persona resulta fundamental ser generoso, considerado y procurar que el otro disfrute la experiencia. Sin embargo, también es importante hacernos cargo de nuestro propio placer; es decir, no delegar en el otro la responsabilidad de nuestro disfrute.
Cada persona ha de conocerse, conocer su cuerpo, sus gustos y preferencias para poder transmitírselas a su compañero o compañera sexual. Del mismo modo, es posible que existan limitaciones propias que no nos permitan acudir al encuentro con la mejor disposición. Por ejemplo, tabúes o creencias erróneas respecto al sexo o sentimientos de inseguridad con nuestra imagen física.
Cuando los anteriores elementos se trabajan, la persona es mucho más capaz de disfrutar y de involucrarse. Por ello, te invitamos a analizar si están presentes algunos de estos aspectos en tu caso, en lugar de asumir que simplemente tu pareja no logra satisfacerte.
2. Comunícate
Aunque no lo parezca, la comunicación puede ser la clave para reavivar la llama de la pasión en la pareja. Exprésate, explícale al otro qué deseas, qué te gusta, qué te apetece experimentar.
No temas tomar la iniciativa, mostrar tu deseo o compartir tus fantasías. Probablemente, al hacerlo tu pareja se sienta incentivada y motivada.
Por otro lado, recuerda que las palabras pueden ser grandes activadoras del deseo. No siempre le transmitimos a nuestro compañero o compañera cuánto nos gusta, cuánta atracción nos genera o cuánto disfrutamos manteniendo relaciones. Sin embargo, recibir este tipo de refuerzos positivos puede resultar estimulante. ¡Inténtalo!
3. Innova
Es común que, con el paso de los años, muchas parejas se establezcan en una rutina sexual que puede ser monótona y hasta aburrida. Y es que, cuando las relaciones sexuales se vuelven previsibles y siguen siempre la misma dinámica, el interés y la motivación se reducen.
En ocasiones, basta con cambiar de ubicación, probar nuevas posturas o explorar prácticas y preliminares diferentes. Pero también es posible introducir juguetes sexuales que pueden incrementar la excitación y hacer de la experiencia algo diferente.
Masajes, juegos de rol, lubricantes, lencería, aceites esenciales, masturbación en pareja. Cualquier pequeño cambio o elemento novedoso introducido puede marcar la diferencia. ¡Dejad volar vuestra imaginación!
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4. Evita la rutina
La rutina no solo consiste en seguir siempre las mismas prácticas sexuales o escoger las mismas locaciones; para muchas parejas, incluso los días dedicados a mantener relaciones están preestablecidos. Esto puede parecer necesario cuando las obligaciones personales, laborales y familiares apenas dejan tiempo libre; sin embargo, la previsibilidad es uno de los mayores enemigos de la pasión.
Por lo mismo, es importante dar cabida a la espontaneidad y entrar más en contacto con los propios deseos y sensaciones en el momento en que se produzcan. No esperes a la noche o al fin de semana para intimar con tu pareja; no esperes a estar en el dormitorio; dejarse llevar puede ser divertido y emocionante.
La adrenalina es una gran aliada a la hora de renovar el placer.
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5. Dedica tiempo a cultivar el deseo
Por último, es imprescindible recordar que el deseo ha de trabajarse. Muchas personas esperan que surja naturalmente y se mantenga en los mismos niveles a pesar del estrés, la frustración y la monotonía diaria. La realidad es que el deseo ha de cultivarse y para ello es necesario tiempo y dedicación.
Si siempre te planteas mantener relaciones con tu pareja al iros a dormir, cuando ambos estáis agotados y somnolientos, es probable que la experiencia no sea la más gratificante. Lo mismo sucede si se aborda el encuentro con prisas. Es importante que os acostumbréis a pasar tiempo a solas para construir y reforzar la intimidad, conversando, dando espacio a las caricias y la complicidad.
Apaga la televisión y decídete a disfrutar de tu pareja, de su presencia y su compañía. Atesora estos momentos y asegúrate de que se produzcan con frecuencia. Esto hará que, de modo natural, el deseo tenga tiempo y espacio para surgir y expresarse.
Renovar el placer es positivo
Algunas personas pueden sentirse agobiadas o abrumadas ante la idea de tener que renovar el placer en su pareja. Pueden percibir que esto tiene la connotación negativa de que algo no va bien, de que la relación está en peligro o de que están fallando.
Todo lo contrario. Es natural que la pasión y el deseo varíen y ser conscientes de esto es lo que los ayudará a revitalizar la relación.
Si abordáis este objetivo en conjunto, con una mirada optimista y divertida, pronto podréis comprobar cómo vuestra satisfacción (no solo sexual, sino con la pareja en general) aumenta notablemente.