El acoso escolar ha ido incrementando en perjuicio de niños, niñas y adolescentes (víctimas), generado por un agresor disfuncional; otro niño, niña o adolescente.
El agresor es controlado por emociones negativas, como el resentimiento, miedo, abandono por parte de los padres, inseguridad; un patrón negativo que conlleva a la mala moral.
Durante la pandemia, se demostró que numerosos niños, niñas y adolescentes, mientras realizaban sus actividades escolares on line y al estar encerrados dentro de sus hogares, presenciaban la violencia intrafamiliar.
Notiespartano/800Noticias