El sexo es una de las cosas placenteras de las relaciones de pareja pero quizá desconocíamos (hasta ahora) que si lo hacemos en silencio, el placer puede no ser tan grande como esperábamos. Algunas personas prefieren los gemidos discretos, otras los alaridos más escandalosos y son muchas las que optan por el silencio más absoluto durante las relaciones sexuales. ¿Cómo influye eso en el clímax?
Los gemidos y los pequeños gritos de placer hacen que la persona que lo está sintiendo se excite más, pero también provoca que la otra persona se estimule todavía más. Pero este tipo de expresiones físicas no siempre se llevan a cabo mientras se mantienen relaciones ni tampoco si hablamos de masturbación. Según una encuesta mundial de Arcwave, dos de cada cinco hombres no hacen ningún ruido cuando se masturban, perdiéndose una parte fundamental de la experiencia. El mismo estudio desvela además que gemir puede hacer el sexo aún más placentero.
Cuando se les preguntó a los hombres por qué gemían, las respuestas más comunes fueron: «porque disfruto» (91%), «para que los orgasmos sean más intensos» (74%) y «para sentirme más cerca de mí mismo» (65%). Sin embargo, sólo el 60 por ciento de los hombres participantes afirma gemir durante el sexo, lo que significa que el 40 por ciento no está aprovechando toda la intensidad de sus orgasmos o de disfrutar más.
Hay varias razones por las que los hombres no gimen durante las relaciones sexuales. La respuesta más común (55 por ciento) de los que lo hacen en voz baja es el miedo a ser escuchados. Casi la mitad de los hombres (un 40 por ciento de los encuestados) dijo que se siente demasiado cohibido, mientras que el 33 por ciento lo encuentra embarazoso e incómodo. Cuando se les preguntó qué los animaría a gemir más, la respuesta más frecuente fue «usar un juguete sexual«.
Ana Lombardía, experta en bienestar y salud sexual de la marca, afirma que “muchas veces utilizamos los gemidos para vincularnos con la pareja y aumentar la calidad del encuentro sexual, pero los gemidos pueden tener muchos beneficios también cuando nos masturbamos a solas. En los hombres, lo gemidos en la masturbación son particularmente útiles para que quiten un poco el ‘piloto automático’ con el que a veces lo hacen y lo conviertan en algo más erótico y consciente. Además, gemir ayuda a que se desinhiban y se dejen llevar, aumentando el placer y potenciando los orgasmos”.
Más gemidos, sexo más placentero
El estudio también analizó los gemidos durante el sexo y descubrió que el ruido en el dormitorio también hacía que la experiencia fuera más agradable para ambas partes. Los hombres hacen ruido durante el sexo principalmente para comunicar que disfrutan de lo que su pareja está haciendo, pero que esto también aumentaba su propia excitación y la de su pareja también se encontraban entre las cinco respuestas más comunes. Aunque hay muchas y muy buenas razones para gemir más durante el sexo, parece que muchos hombres no son conscientes de sus beneficios.
Aunque ocho de cada 10 mujeres afirman que los gemidos de su pareja las excitan más, sólo el 65 por ciento de los hombres es consciente de este hecho. Como los gemidos mejoran la experiencia durante el sexo y hacen que la masturbación sea aún más placentera, practicar por tu cuenta es el mejor paso para desinhibir tu placer.
Curiosamente, el estudio descubrió que existe una pequeña ‘brecha de género en los gemidos’: el 78 por ciento de las mujeres hace ruido durante la masturbación y el 95 por ciento durante el sexo. Esto ocurre a pesar de que los hombres se masturban más a menudo que las mujeres; según una encuesta mundial realizada en mayo de 2022, que afirmaba que lo hacen unas 145 veces de media al año, el doble que en el caso de las mujeres.
¿Por qué gemir es bueno para el sexo?
Está claro que no es obligatorio hacer ruido o gemir durante el sexo y no es malo no hacerlo, pero damos algunas claves que indican por qué ayuda a que sea más satisfactorio.
Hacen que te centres. Muchas veces, practicamos sexo teniendo mil cosas en la cabeza. Los gemidos son una buena forma de centrarnos en nuestra respiración y en el aquí y ahora y nos hacen quitarnos problemas o pensamientos que podamos tener en mente para más tarde. Nos hacen conectar con el placer, ya que son una forma de liberar tensión y estrés y se genera una leve hiperventilación que ayuda a que nuestro cerebro pare de dar órdenes para conseguir dejarnos llevar y disfrutar.
Una forma de comunicarte. Sí, en el sexo también debe haber mucha comunicación. Muchas veces no nos lanzamos a solicitar con palabras cómo o de qué manera la otra persona debe hacer las cosas para darnos placer y los gemidos pueden ser una buena técnica para ir indicando a la otra persona si queremos que siga por ese camino, más rápido o bajando la velocidad. A veces, cuando se es demasiado silencioso, la otra persona puede pensar que no estás disfrutando o que no has llegado al clímax de la forma más satisfactoria.
Ayuda a la excitación. No solo el tacto o el olfato intervienen en el placer, los sonidos también son unos estimulantes muy poderosos. Está comprobado que escuchar a tu pareja disfrutar estimula la excitación. Sentir que el otro lo está pasando bien, te hará sentir bien a ti también en una relación sana y generosa. Cada persona es un mundo además y, por ejemplo, según una encuesta de Bijoux Indiscrets, el 42 por ciento de los hombres asegura que le gustan rítmicos y mecánicos con la llegada del orgasmo.
No finjas. En algunas encuestas se ha determinado que, sobre todo en el caso de las mujeres, algunas tratan de sobreactuar con los gemidos porque no están disfrutando lo que deberían y no quieren hacer sentir mal a la otra persona. Esto para nada es recomendable, ya que te estarás engañando a ti mismo y también a otra persona. Es mejor ser honesto o pedir (volvemos a la comunicación) lo que te gusta y lo que no te gusta para disfrutar al máximo de tus relaciones sexuales.