La exploración lunar está experimentando un renacimiento en esta nueva era espacial dominada por por empresas privadas. China, India, Israel y Japón han conseguido llegar a la luna en los últimos años mientras la NASA planea enviar humanos de nuevo al satelite proximamente.
Además, se pretende construir una nueva estación espacial en órbita lunar y una base permanente en su superficie. Establecer una red de comunicaciones en la Luna se vuelve esencial y eso implicar definir una hora lunar precisa.
En el pasado, la estandarización del tiempo fue necesaria por el sistema ferroviario y ahora es esencial y ahora es esencial para la navegación y la comunicación. Para este propósito se está desarrollando el marco «LunaNet» que incluirá estándares y protocolos para facilitar la operación de las misiones lunares.
Establecer con precisión la hora en la Luna no solo permitirá facilitar las comunicaciones y la sincronización, sino también establecer la posición de satélites en órbita o de las misiones en la superficie lunar, pues los sistemas como GPS o Galileo y sus análogos lunares, utilizan el tiempo para determinar la posición. Utilizando el tiempo que tardan diferentes señales lumínicas en alcanzar el satélite de navegación es como éste consigue medir la posición de un dispositivo con tanta precisión.
Por la Relatividad General, introducida por Albert Einstein a principios del siglo XX, sabemos que el tiempo no transcurre al mismo ritmo sobre la superficie de la Luna que de la Tierra, ni tampoco en órbita. En la Luna concretamente el tiempo pasa más deprisa que en la Tierra, por su menor gravedad. Esto hace que los relojes situados sobre su superficie se adelanten alrededor de 56 microsegundos al día.