En su participación en el programa Termómetro Social de Radio Fe y Alegría, el dirigente político Claudio Fermín ofreció un diagnóstico frontal sobre la realidad venezolana y llamó a asumir con seriedad los desafíos internos y las amenazas externas que enfrenta el país.
«Los venezolanos tenemos un sinnúmero de necesidades y problemas. El problema del salario, del ingreso familiar, del agua que no llega, de los apagones, del transporte, la educación, la salud, las pensiones», afirmó el ex alcalde de Caracas, recordando que «el principal recurso que tenemos para resolver esos problemas son los ingresos petroleros y lo estamos vendiendo de manera muy limitada porque llevamos doce años con sanciones y bloqueo económico. Todo esto reduce la venta de petróleo en 90%. Encima de eso, ahora tenemos la amenaza de una invasion militar», señaló. «Los venezolanos estamos aturdidos con los problemas internos que todos han empeorado y con estos problemas internacionales.»
Solidaridad con los educadores y trabajadores públicos
El dirigente envió un mensaje especial a los profesores universitarios y a toda la comunidad académica, destacando la “vocación admirable y la entrega del sistema educativo”. Recordó que, al igual que los trabajadores de la salud y la administración pública, los docentes sobreviven con salarios deteriorados y bonos que no resuelven su situación.
«La entrega del funcionario público es admirable, pero tú vas a un organismo público y la respuesta siempre es “no hay”», señaló Fermín, afirmando que hoy el estado no tiene capacidad de respuesta, entre otras cosas por el bloqueo. Recordó que el país pasó de 12 ministerios en 1998 a 44, además de numerosas corporaciones y fundaciones que calificó de “deficitarias”. Frente a esto, Fermín propuso una política que reordene el gasto y las prioridades. «Lo más importante es el ingreso de la familia, el problema del salario».
Soberanía nacional: un asunto de todos
Sobre el clima de tensión internacional, Fermín fue enfático:
“Defender la soberanía no es defender a un gobierno ni a una oposición, es defender a la nación entera.”
Aseguró que el país necesita paz para continuar debatiendo y corrigiendo sus errores internos; sin embargo, advirtió que bajo asedio está en riesgo la nación misma.
“Decir la verdad sobre Venezuela”
Fermín llamó a la honestidad política y rechazó el uso de falsedades para justificar agresiones militares.
“No hay que decir mentiras para ser oposición. Venezuela no es un país productor de fentanilo ni de drogas. Venezuela no es culpable de que 35 millones de estadounidenses, dolorosamente, sean consumidores de drogas.”
Afirmó que lo que existe es un interés por los recursos venezolanos:
“Aquí lo que existe es que quieren meterle la mano al petróleo venezolano y robárselo, de la misma manera que se han querido robar el Canal de Panamá, Canadá, Groenlandia, convertir Palestina aunque cueste centenares de miles de muertos en una riviera para sus hoteles.”
Condena a hechos violentos en el Caribe y defensa de los derechos civiles
Fermín también condenó los recientes asesinatos en el Caribe y advirtió sobre la idea de presentar a actores vinculados a estas acciones como potenciales “salvadores”:
“Hay unos matones sueltos en el Caribe y hay quienes creen que esos matones con esas credenciales son los que van a venir a salvarte”.
«Esta es una conducta criminal y todos los venezolanos tenemos el derecho a reclamar eso, así como reclamamos mejor salario y una amnistía política que le de libertad a los presos políticos», insistió el excandidato presidencial. «Oponernos a esta indignidad y esta humillación a la que se nos somete de ninguna manera clausura los derechos que tenemos los venezolanos de seguir pidiendo transparencia electoral, liberación de presos políticos, salarios justos, una cosa no detiene la otra», afirmó antes de advertir «pero suponer que hacerle carantoñas a la invasion te va a resarcir los abusos políticos o la represión o los malos salarios; pensar que vamos a tener un gran bienestar porque nos invadan habla mal de nuestro sistema democrático y del fracaso de no haber tenido una pedagogía colectiva con la población y da mucho dolor».
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