Él piensa que el resto del mundo es bobo. Él, que se cree el más vivo, el más avispado, el que vuela más alto sin embargo no mide las consecuencias que le ocasionan sus artimañas. Le falta inteligencia, de la buena, para saber que la gente le rechaza cada día en proporciones alarmantes.
Por ello, sus continúas metidas de pata le restan adhesiones, le ganan adversarios Una simple operación matemática retrata lo que es verdad y él niega: la realidad es que no sube, aun cuando está a dieta, ha rebajado y vista pantalones tubito. Muy triste lo que le ocurre.
Mientras tanto, el repartidor de mazazos, ahora jefe supremo del Zulia, se ríe contento hacia adentro, porque hacia afuera lo disimula, como siempre, a la perfección. Ya el señor Amoroso, haciéndole honor a su apellido, cumplió su tarea.
Anunció que las presidenciales serán el 28 de julio. Una gran jalada de mecate para el recuerdo del ya ido. Con tal decisión, el oficialismo pretende revivir lo que está muerto, enterrado y ya no vuelve. Aunque los paleros en Cuba y los de Caracas y Sorte, siguen cobrando abultadas cifras en dólares por cada “trabajo” para “intentar” revivir una historia que la inmensa mayoría nacional rechaza.
La cuestión radica en que, en esa fecha, pretenderá reelegirse, ya dijimos que por las malas, porque por las buenas le será imposible, apelando a toda clase de recursos. Que los tiene de sobra.
Entre ellos, las mentiras, cada vez más toscas, zafias, torpes y mostrencas, gigantescas de creer ni siquiera por las rodillas en tierra que, por la bolsa clap y para no perder el trabajito en la oficina pública, disimulan asistir al mitin al que llegan en autobuses.
Esta vez decidió hacer su programa televisivo en Los Teques. A la capital mirandina arribó en camioneta. de paquete, por todas partes blindada, “sin que nadie supiera la hora y la ruta” y ¡Oh sorpresa!, una “multitud” de 320 personas, todas funcionarias de la alcaldía –según periodistas y una concejal que mostraron las pruebas- le salieron al paso para recibirlo “de manera apoteósica”.
Él, “extrañado” hasta lo último e igualmente “conmovido” por el impacto de verse rodeado de tantos admiradores, se preguntaba en voz alta cómo, quién y cuándo hizo la convocatoria, que él no había ordenado porque su “presencia” era un “secreto”. La maniobra, burda por lo increíble, rebasó los límites.
La batalla entre el bien y el mal se agiganta. Adquiere mayor dimensión, histórica si se quiere, asegurándose que, en esta oportunidad, el mal saldrá perdiendo. Habrá que recordarle, una vez más hasta que lo entienda, que a punta de mentiras, de fracasos y de persecuciones nada bueno es posible.
Sucede que, sin gente, y él lo sabe, no hay cómo, ningún cómo. Ya no la tiene. Se le ha estado fugándose por los cuatro costados. Cansados, hastiados, molestos de haber sido durante tantos años simples conejillos de laboratorios, utilizados para ver los resultados de un socialismo decimonónico que fracasó estrepitosamente, dejando a su paso, rabia, desolación, tristeza, hambre, retroceso en todo y al país destruido.
Su vasta militancia de antes hoy en día está sencillamente reducida. Los aplaudidores salen muy costosos. Por eso cada “marcha” le cuesta un dineral al erario público, ya que Tareck el Aissami no quiere aflojar los 23 mil millones de dólares que tiene muy bien escondidos.
Eso de andar metiendo mentiras es, sin duda, muy malo. Lo retratan feo. Aunque a él no le importa. Por eso sigue pa´lante. Busca hacerse querer, respaldar, promoverse, desesperado como está frente a María Cortina Machado que, perseguida, asediada y víctima del totalitarismo gobernante, que la odia, pero feliz y con multitudes a su paso, recorre Venezuela entera diciendo verdades.
Cómo ocurrió la semana pasada en el páramo merideño donde, miles –sí, miles- le recibieron en Pueblo Llano, Las Piedras, Santo Domingo, Timotes y Mucuchíes. Los paisanos de las altas montañas andinas le reiteraron a toda Venezuela que también están solidarios, unidos, comprometidos y dispuestos a elegirla presidente. Una decisión, se repite, asumida con la patria y por la patria que nos legó Simón Bolívar, el único Libertador al que le rendimos homenaje eterno.
AngelCiroGuerrero