Los gobiernos de Venezuela y Trinidad y Tobago seguirán negociando el desarrollo conjunto de un yacimiento de gas natural offshore que está inactivo, con una reunión prevista para mediados de junio en Caracas, según dijeron a Reuters tres fuentes familiarizadas con el asunto.
Los funcionarios de ambos países se reunieron por última vez en marzo en Venezuela, donde firmaron acuerdos de confidencialidad necesarios para establecer un marco de negociación, luego de que Estados Unidos emitiera en enero una licencia de dos años que autoriza las conversaciones para el proyecto.
Proyecto estratégico para la seguridad energética
El campo Dragón, que se encuentra a lo largo de la frontera marítima de las dos naciones, alberga hasta 4,2 billones de pies cúbicos de gas. Trinidad necesita el combustible para impulsar sus industrias de gas natural licuado y petroquímica, y Venezuela espera tener acceso al flujo de caja de las exportaciones de gas.
Si las negociaciones van bien, el gas técnicamente podría comenzar a fluir en dos años, dijo a Reuters en marzo el ministro de Energía de Trinidad, Stuart Young.
La Compañía Nacional de Gas (NGC) de Trinidad y el ministerio de Energía del país esperan realizar talleres técnicos en preparación para las reuniones en Caracas el próximo mes, dijeron dos de las fuentes a la referida agencia de noticias.
Un acuerdo con obstáculos y oportunidades
Trinidad y Tobago, el mayor exportador de GNL de América Latina y uno de los mayores exportadores mundiales de metanol y amoníaco, no está produciendo suficiente gas, lo que ha llevado a la suspensión de uno de sus trenes de licuefacción y a que los otros tres operen por debajo de su capacidad.
El subsecretario adjunto de Estado para Recursos Energéticos de Estados Unidos, Geoffrey Pyatt, dijo la semana pasada a medios locales en Trinidad que cualquier extensión de la licencia dependerá del “presidente Nicolás Maduro y lo que ocurra en Venezuela”.
El acuerdo entre TT y Venezuela se firmó en agosto de 2018 e involucró al gigante energético Shell, a la petrolera estatal venezolana Pdvsa y a la NGC. El proyecto Dragón tendría un costo estimado de 1.000 millones de dólares (USD) y permitiría a TT procesar por primera vez gas natural venezolano.
El acuerdo había quedado en suspenso después de que Estados Unidos impusiera sanciones a Venezuela en 2019.