Con 18 candidatos presidenciales pretenden los líderes de la Unidad Nacional realizar unas primarias cargadas de sueños y de ilusiones. Ninguno de los candidatos se ha paseado por ese 69% que le dan las encuestas nacionales a la oposición unida y solo piensan en quebrar las patas al resto de los candidatos para quedarse con la corona de candidato de la unidad. Eso de realizar primarias con miras al 2024 es una buena idea si no estuviera tan contaminado el mundo político nacional que tiene dentro caballos de Troya que judicializados están obligados a jugar para el candidato del PSUV de manera disfrazada.
Pretender que el G4 ahora convertido en PUD (Plataforma Unitaria Democrática) y con Omar Barboza un desacreditado político de UNT al frente de esta gesta unitaria hace más compleja la crisis nacional en busca de la unidad. No encontraban a quien poner al frente del PUD y encontraron en el camino a uno de los conchupantes de la política nacional que les allanara el camino para continuar el juego de las conveniencias partidistas.
De esa manera se hablan barbaridades de las roscas partidistas enemigas de la Venezuela de los cambios, con tremenda responsabilidad encima le corresponde al representante del desvencijado UNT tratar de remar hacia el mar del Gobernador del Zulia Manuel Rosales que sigue queriendo ser candidato presidencial ante un país que ya hace rato lo descalificó cuando fue un fiasco ante Chávez en el 2006 y su imagen no le dice nada a los venezolanos.
Los adecos Bernabé y Prosperi llevan plomo en el ala por la división brutal que tiene el partido del pueblo y que hace al pueblo venezolano ver con recelo cualquier posibilidad de una figura de la tolda blanca.
A Delsa Solórzano le corresponde dar pasos olímpicos para que la gente voltee su mirada a su candidatura, pues hasta ahora solo ha tenido participaciones candentes en la AN que no terminan diciendo nada a un país que busca una figura con mayor proyección nacional e internacional.
Capriles todavía está en el cuarto de penitencias pagando sus errores en las dos campañas presidenciales y cargando la cruz de las derrotas que lo hacen aparecer ante el país como un perdedor. A eso se le agrega la judicialización de PJ que terminó de destruir las fuerzas que le quedaban a un partido que se vino a menos por la huida de sus principales protagonistas que están en el exilio disfrutando de lo lindo.
A Leopoldo López lo agarró fuerte la tesis de las leyendas negras que lo molieron en consecutivas apariciones en público y lo hacen ver ante los venezolanos con rabo de paja.
Razón por la cual el aguerrido líder de Voluntad Popular perdió espacios que había ganado cuando estuvo preso y que lo hicieron por momentos ver como la reedición del Chávez preso en Yare.
Pero fueron tantos los maltratos y humillaciones a que lo sometió el régimen que terminó por irse fugado del país y con una sarta de leyendas sobre sus espaldas que le montó el régimen para que no volviera a considerarse como figura importante para cambiarle la suerte al país.
César Pérez Vivas el ex Gobernador del Táchira en el 2008 es otro aspirante a la presidencia que viene de la cantera copeyana con una enorme carga como docente en la UCAB y la UCV.
No tiene muchas opciones porque se alejó de la política y vuelve sin ring y sin distancia.
A Julio Borges se lo tragó la bruma política nacional y con tantas historietas fabuladas quedó encerrado en la prisión del olvido para siempre.
Se dice que Julio vive en un mar de abundancia en el exilio mientras los venezolanos estamos sufriendo las calamidades bajo este régimen que cada día hace más complejo vivir en este país.
Con María Corina Machado la candidata más guerrera de los que están en la escena la han demonizado sus mismos colegas de la política nacional por haber jugado de manera radical contra el régimen.
Por esa razón todos le juegan en contra para que no llegue a ser la candidata que Venezuela necesita para destronar a Maduro de la Presidencia.
Es una figura compleja por su carácter, pero sería una candidata de lujo para terminar con la pesadilla madurista.
Tiene en contra Maricori a los partidos políticos tradicionales porque los ha retado y ha sacado a la luz pública las conchupancias y tramoyas que la gente no conoce y que ocurren tras bastidores.
A Gustavo Duque lo proyectan como el predestinado a ser el candidato presidencial para el 2024, pero tendrá el Alcalde de Chacao que hacer jugadas políticas más relevantes para que los venezolanos lo perciban cómo el líder que Venezuela necesita.
Por ahora tiene buenas proyecciones y pudiera ser la representación del pueblo venezolano, pero debe hacer jugadas políticas relevantes que le hagan ganarse el cariño de los venezolanos, pues Fuerza Vecinal apenas está naciendo y no tiene arraigo entre los ciudadanos.
Juan Guaidó es el otro candidato que perdió el rumbo y se desgastó en esa película de ser el abanderado del Tío Sam. No supo manejar la crisis política nacional y abusó de su representatividad política hasta caer en contradicciones que lo mal pusieron ante el país.
Viene cometiendo errores y toma de decisiones alejadas de los intereses nacionales y terminó golpeado por sus propios aliados de ayer. La gente ya no cree en Guaidó y la mayoría sostiene que perdió al autobús de la historia.
Compleja la papela para elegir el abanderado presidencial venezolano y mientras la oposición venezolana no se enserie y asuma que se busca un candidato presidencial y no la solución de las ambiciones de cada uno de los protagonistas no hay chance de un candidato unitario.
Encíclica/ManuelAvila