En 1964 a un costo de 15.088 bolívares el Ejecutivo del Estado Nueva Esparta se construyó el Complejo Cultural “Juan Fermín Millán” que está estructurado por la biblioteca con su sala y el Anfiteatro “Jesús Avila”.
La Biblioteca “Régulo Guerra Salcedo” vino a solucionar los problemas para la investigación que tenían los estudiantes pilarenses y es hoy en día un instrumento importante para la educación de los habitantes de la Parroquia Aguirre.
Llevar el nombre del Poeta más importante de Los Robles, el hijo de Pedro José y Ana Josefa “Pepa” es un reconocido valor a quien escribió su obra “Los Peces tienen Sed” y “, el grito de la sangre dormida que tenía sed”, dos de sus obras donde se sintetiza la metáfora hermética de un escritor que se adelantó a la vida sabiendo que se moriría antes de tiempo cuando dio la clarinada poética al decir “Ahí van los mismos pendejos de siempre llevándome en sus hombros”.
Esa biblioteca construida en ubicada en las adyacencias a la Plaza Bolívar de Los Robles consta de una sala de conferencias y contó en el pasado con una infocentro cuando estuvo de moda la incorporación de la tecnología a la red de bibliotecas ha sido asaltada por la delincuencia que se ha llevado los compresores de los aires acondicionados, las computadoras y todo lo que han podido arrastrar.
Con libros de distintas áreas y de variadas temáticas luce bien surtida para atender a los usuarios que nunca se han alejado de sus instalaciones por la necesidad de la investigación escolar que siempre tiene como soporte los libros y la biblioteca virtual, pero por no contar equipos tecnológicos le es imposible acceder a internet.
De esa forma las bibliotecas forman parte del equipo auxiliar de los docentes en el aula y una fuente inagotable del conocimiento que contribuye a la formación de ciudadanos de primera.
De esa forma son estos centros dispensadores de cultura un elemento importante en los procesos formativos y cuando todo el mundo había mandado las bibliotecas al desuso y la inutilidad, ahora cuando se han puesto costosos los equipos de tecnología son las bibliotecas las fuentes primarias del conocimiento.
En Los Robles han pasado por ese espacio varias bibliotecarias con formación universitaria que se han labrado sus galones en ese trabajo de gerenciar el almacenamiento, organización y distribución de libros que contribuyen a la elevación educativa de los estudiantes de estos pueblos insulares.
La bibliotecaria al mando de la Biblioteca “Régulo Guerra Salcedo “ de Los Robles fue hasta hace poco la bibliotecaria Ariany Cecilia Narváez que por razones de salud debió salir permisada y dio paso a la roblera Miriam Elena Calderín nombrada directora de esa institución y ha continuado un proceso de gerencia de ese importante centro del saber.
A pesar de la insistencia de la barbarie en humillar a los bibliotecarios sin conocer la importancia de la investigación porque la barbarie no va a la escuela, sino que vive por siempre en las tinieblas le cae a estos episodios a la perfección el refrán “No es culpa del ciego sino de quien le da el garrote”.
La profesionalización de técnicos que se ocupan de poner al día los conocimientos con talleres y cursos que permiten a los funcionarios trabajar, ordenar, reparar libros y mantenerlos en un ambiente confortable ha mantenido la red de bibliotecas una permanente supervisión que contribuye a la constitución de un equipo humano de altos valores.
Se trata de tener el equilibrio suficiente para atender a un público que en su mayoría son estudiantes y hay que sensibilizarlos y hacerles entender que los recintos de las bibliotecas son espacios sagrados donde el respeto, la valoración y la concentración son elementos fundamentales para garantizar el buen funcionamiento de una de las instituciones más importante para el desarrollo de los pueblos.
En esa biblioteca donde está el cuadro “El Cuatro Azul”, una pintura importante donada por el pintor y poeta Guyanés Denis Bourne hay mucha historia sembrada en cada centímetro de esos espacios donde la robleridad ha buscado información para crecer como ciudadanos y trascender en un mundo moderno donde es clave ilustrar a la gente para actuar en una sociedad que se enrolla y se muerde la cola.
Quisiera ver algún día a los que hacen labor social en el pueblo lanzar una palabra de apoyo a la biblioteca que no está ahí de adorno, sino que las palabras hablan, conversan y solo esperan que los estudiantes y ciudadanos penetren sus entrañas para incrementar su formación y así influir en los que jamás han entendido que son los libros la mejor forma de aprender para que algún día dejen atrás las tinieblas y entren al mundo del saber.
Debo resaltar que este centro del conocimiento anclado en el corazón de Los Robles es una fuente de información que sirve de soporte investigativo a muchos ciudadanos ávidos de conocimientos que encuentran en esta biblioteca nutrientes importantes para la cultura.
Todavía los gobiernos nacional, regional y municipal están en deuda con un espacio que requiere con urgencia de sus equipos tecnológicos para adaptarse a la modernidad y dar el nivel de avanzada a estas instituciones tan fundamentales para elevar la calidad de la enseñanza.
Dios quiera que en los próximos meses aparezca una dotación milagrosa que permita a la Biblioteca Pública “Régulo Guerra Salcedo” estar a tono con las más importantes instituciones de este nivel en Venezuela y para facilitar a los estudiantes contar con las herramientas para acerarse académicamente en los próximos años.
La Biblioteca Régulo Guerra Salcedo necesita arrancar sus actividades porque los estudiantes de Los Robles necesitan realizar sus investigaciones y documentarse para complementar las tareas diarias de sus estudios. Es por eso que urge culminen los trabajos de rehabilitación que realiza la Alcaldía de Maneiro para remozar sus instalaciones, pues las bibliotecas son espacios para nutrir a los ciudadanos y para engrandecer a los ciudadanos.
Ojalá las autoridades entendieran alguna vez que las escuelas y las bibliotecas son los centros del saber y las dotaran para ilustrar a los ciudadanos y que con los elementos tecnológicos y los bibliotecarios a tono podamos construir la Venezuela que todos queremos. Esa es la clave para transformar un país y Dios quiera que los gerentes públicos voltearan su mirada hacia el conocimiento. Todos se lo reconoceríamos públicamente porque no es suficiente con conversatorios y charlas sino con los usuarios convirtiendo esos espacios en los centros de la formación humana y como dijo Prieto Figueroa en su libro “La Magia de los libros”: “Los libros y las bibliotecas son las herramientas pedagógicas y humanísticas fundamentales para la emancipación y el pensamiento crítico. No son museos donde se amontonen libros, sino un puente esencial para la divulgación del saber”
Encíclica/ManuelAvila


