Con las intervenciones cambiarias del 13 y el 22 de febrero, cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) colocó en los bancos un monto consolidado de 310 millones de dólares, el ente emisor le puso un torniquete a lo que muchos analistas vaticinaban como un alza incontenible de la divisa estadounidense.
El precio oficial del dólar reportó caídas consecutivas, lo que confirmó una contundente desaceleración del incremento del tipo de cambio en el segundo mes de 2023. Esta había sido causada por el incremento de 37% de la intervención cambiaria del BCV en comparación con enero, pese a la aceleración de la emisión de liquidez monetaria.
Segun datos recaudados por el portal Banca y Negocios, el precio promedio de las mesas cambiarias de la Banca cerró en 24,36 bolívares por dólar, un aumento de 10,98% en comparación con enero que equivale a una depreciación real de 9,89%, un escenario mucho más benigno que el alza de 22,37% que se reportó en enero.
Mientras que en el mercado paralelo, por segundo mes consecutivo el valor promedio subió menos que el oficial, ya que la cotización concluyó con tendencia a la baja en 24,70 bolívares, un aumento de 7,39% en comparación con enero cuando subió 18,82%.
En este sentido, la pérdida de valor del bolívar a la tasa paralela fue de 6,88% en febrero, 3 puntos por debajo de la depreciación en el mercado oficial.
Factor clave
El pago del Impuesto sobre la Renta, cuya primera porción correspondiente al ejercicio 2022 se debe cancelar en un plazo que vence este 30 de marzo, parece un factor clave para explicar por qué la demanda de divisas ha descendido, lo que permite suponer que, en el mes que comienza, el BCV no debería tener presiones muy fuertes para incrementar los promedios de intervención.
Sin embargo, predecir en Venezuela es un ejercicio de alto riesgo, porque el mercado cambiario puede verse afectado por la mayor emisión de liquidez monetaria para irrigar un creciente gasto público, sobre todo en lo que toca con la asignación de subsidios.