
El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a rebajar su previsión de crecimiento económico para la eurozona en 2025, hasta el 0,9 %, dos décimas menos respecto al pronóstico de diciembre, en tanto que ha recortado otras dos décimas, al 1,2 %, la de 2026 y ha mantenido en el 1,3 % la de 2027.
Las rebajas para 2025 y 2026 se deben al descenso previsto de las exportaciones y a la persistente debilidad de la inversión, atribuible en parte «a la elevada incertidumbre sobre las políticas comerciales» en un contexto de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, pero también por la incertidumbre sobre las políticas económicas en general, según ha informado la entidad este jueves.
El crecimiento se apoyará en el aumento de las rentas reales, dado que se espera que sigan suavizándose las condiciones financieras más restrictivas para empresas y familias propiciadas por las anteriores subidas de los tipos de interés.
Además, el BCE ha elevado dos décimas su previsión de inflación para 2025, hasta el 2,3 %, con lo que retrasa a 2026 -con una inflación prevista del 1,9 %- la consecución del objetivo de precios que guía la política monetaria de la entidad.
El BCE asegura que las nuevas proyecciones están «estrechamente alineadas» con las anteriores perspectivas de inflación, si bien «un mayor dinamismo de los precios de la energía» ha llevado a elevar dos décimas la previsión para este año.
Para 2026 mantiene la inflación general en el 1,9 % y para 2027 la rebaja una décima, hasta el 2 %.
Pese a la mayor inflación prevista para 2025, el BCE señala que el proceso de desinflación sigue avanzando, porque el crecimiento de los salarios se está moderando según lo esperado y los beneficios empresariales están amortiguando la subida de precios.
La previsión de inflación subyacente, excluida la energía y los alimentos, se ha rebajado una décima para 2025, al 2,2 %; se ha subido una décima para 2026, al 2 %; y se ha mantenido para 2027 en el 1,9 %.
Notiespartano/EFE