El balance de un bombardeo ruso contra un edificio residencial en Dnipró, en el este de Ucrania, subió este lunes a 36 muertos, un recuento que podría agravarse, en lo que representa uno de los peores ataques desde el inicio de la guerra.
Rusia mantuvo su política y el Kremlin desmintió ser responsable del ataque y culpó en parte a los ucranianos. El portavoz de la presidencia rusa Dmitri Peskov, habló de una «tragedia», señalando la posibilidad de que un misil de defensa antiaérea ucraniano haya caído en el edificio.
Por su parte, casi 48 horas después del ataque, el jefe de la policía nacional Ucraniana, Igor Klimenko anunció, tras una segunda noche de operaciones de búsqueda de supervivientes, que 36 personas, incluyendo dos menores, fueron encontrados muertos. En tanto, el número de heridos asciende a 75, entre ellos 15 niños.
Según el gobernador regional ucraniano Valentin Reznichenko, «se desconoce la suerte de otros 35 habitantes del inmueble», insinuando que el balance de víctimas puede aumentar.
Las operaciones de rescate continúan para intentar encontrar supervivientes en la montaña de escombros todavía humeantes y se desplegó una brigada canina.
Según el gobernador, al inicio de las operaciones de rescate «39 personas fueron salvadas» de las ruinas.
«Cinco pisos se desplomaron sobre ella»
En la tarde del domingo, Roman Juravksy buscó desesperadamente a su madre, que vivía en este conjunto residencial.
«Mi madre aún no fue encontrada. Pero la probabilidad, teniendo en cuenta que cinco pisos se desplomaron sobre ella…», comienza a decir, antes de frenarse y guardar silencio.
El Kremlin tardó dos días en reaccionar y su portavoz mantuvo la estrategia de su país de desmentir que sus tropas fueran responsables de un bombardeo de este tipo.
«Las fuerzas armadas rusas no bombardean inmuebles residenciales, ni infraestructuras civiles. Bombardean objetivos militares», declaró Peskov, pese a que varios bombardeos han alcanzado a múltiples blancos civiles desde el inicio de la invasión el 24 de febrero.
El domingo, el presidente ruso, Vladimir Putin, no se pronunció sobre el tema, pero sí expresó que la operación en Ucrania tiene una «dinámica positiva», unos días después de que Moscú reivindicó la toma de una pequeña localidad en el este.
El ataque contra el edificio residencial de Dnipró forma parte de una campaña de bombardeos habituales y masivos que Moscú comenzó en octubre contra la infraestructura energética ucraniana, destinada a dejar a la población a oscuras y sin calefacción en pleno invierno boreal.
En tanto, los occidentales han multiplicados sus promesas de ayuda militar para Ucrania, proyectando el envío de blindados y tanques, rompiendo con la reticencia inicial a la hora de enviar material pesado.
Importantes pérdidas en Bajmut
La semana pasada Moscú reivindicó una victoria, afirmando que tomó la localidad de Soledar, situada al norte de Bajmut. Esta antigua ciudad minera, contaba con cerca de 10.000 habitantes antes de la guerra. Ucrania niega haber abandonado esta localidad, afirmando que todavía hay combates en curso.
En un comunicado matinal, el ejército ucraniano afirmó que infligió «importantes pérdidas humanas» a las fuerzas rusas cerca de Bajmut y en Avdiivka, otra localidad del este ucraniano.
Por su parte, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, tiene previsto viajar a Ucrania este lunes.
En un tuit antes del inicio de su viaje, destacó que su organización va a aumentar su presencia en el país «para ayudar a prevenir un accidente nuclear durante el conflicto que hay en curso».
Notiespartano/ElUniversal