La administración militar de Kiev ha pedido a sus habitantes que no ignoren las alarmas que anuncian posibles ataques aéreos rusos y corran a los refugios cuando suenen las sirenas, después de que un bombardeo ruso con misiles a plena luz del día pusiera ayer fin a un período de varias semanas de calma en la capital.
“Estos ataques del ocupante deben ser un recordatorio para los residentes en la capital de que ninguna alarma debe ser ignorada”, reza un mensaje de la administración militar capitalina después de que fragmentos de un misil interceptado por las defensas aéreas ucranianas cayeran ayer en un edificio de 14 plantas del distrito de Obolón provocando daños en varios apartamentos.
El ataque tuvo lugar alrededor de las 19.30 hora local (16.30 GMT), una hora poco habitual para los bombardeos rusos contra la capital, que suelen tener lugar de madrugada.
“El agresor está probando nuevas tácticas, está buscando la hora, los métodos y los medios adecuados para atacar Kiev”, dice la nota de la administración militar capitalina, que recuerda que el hecho de que las defensas aéreas que protegen Kiev destruyan la práctica de totalidad de misiles y drones con los que Rusia ataca la ciudad no supone que no exista riesgo.
“Los misiles se destruyen, pero no se deshacen en moléculas y los fragmentos suponen un riesgo para la vida de las personas”, agrega el comunicado oficial.
Especialmente en las zonas alejadas del frente donde los ataques se producen con menor frecuencia, la mayor parte de los ucranianos ignoran las alarmas antiaéreas y siguen viviendo con normalidad en lugar de bajar al metro o los sótanos y refugios subterráneos de los edificios como piden las autoridades.
Las consecuencias del ataque
Vecinos afectados y residentes de la zona curiosos inspeccionaban este lunes los resultados del impacto de los restos del misil en el edificio de viviendas de Obolón, un distrito del norte de Kiev ribereño del río Dnipró popular por sus playas artificiales y sus zonas para andar, correr e ir en bicicleta o hacer deportes acuáticos.
“Aquí está el apartamento de mi padre y aquí pasé mi infancia; ahora nos hemos mudado y queremos venderlo”, dice a EFE delante del bloque de viviendas dañado por el ataque ruso el estudiante de informática Óleg Shvachko. Los restos del misil destrozaron parcialmente el balcón y las ventanas exteriores del apartamento de su familia.
Como otros vecinos del edificio, Shvachko ha atendido en la mañana de este lunes a los agentes de Policía que han acudido al lugar de los hechos para recabar pruebas que formarán parte de la investigación.
Las autoridades ucranianas han abierto decenas de miles de casos por crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas desde el comienzo de su invasión de Ucrania. Buena parte de estos crímenes son ataques contra zonas residenciales como el que provocó daños en el bloque de viviendas de Obolón.
Shvachko y los demás vecinos afectados deberán recibir después a una comisión de evaluación para establecer el valor de los destrozos causados en sus viviendas, de modo que después puedan recibir compensación económica por ellos.
Notiespartano/efe