Cuando pensamos en la menopausia siempre nos vienen a la mente esos cambios de humor o aumento de peso tan característicos. Sin embargo, nos olvidamos de que todos los cambios que se producen en el cuerpo de la mujer tras haber dejado de menstruar van mucho más allá. Uno de ellos es la atrofia endometrial que afecta a algunas mujeres.
¿Qué es la atrofia endometrial?
El diagnóstico de atrofia endometrial hace referencia a la pérdida de grosor del endometrio que suele aparecer después de la menopausia. Los responsables son los estrógenos que, como comparte el artículo Climaterio y menopausia, disminuyen. Esto tiene una serie de consecuencias como la fatiga, dificultades para dormir e irritabilidad.
Curiosamente, estos síntomas señalados suelen aparecer durante la menopausia. Sin embargo, la atrofia endometrial a la que nos estamos refiriendo tiene mayor prevalencia justo cuando esta finaliza, es decir, durante la posmenopausia. Como el déficit de estrógenos continúa presente, el endometrio se vuelve más delgado.
¿Qué síntomas evidencian la atrofia endometrial?
El sangrado es el síntoma principal que alerta de que algo no va bien. Cuando se produce después de la menopausia conviene acudir al médico para que, a través de una serie de revisiones, se confirme el diagnóstico. Pues la metrorragia que puede producir también es frecuente que aparezca en el caso de pólipos o cáncer de endometrio.
La razón por la que se produce este sangrado no tiene nada que ver con el funcionamiento de los ovarios, sino con las paredes del endometrio. Como han perdido su grosor, cualquier tipo de roce que se pueda producir entre ellas puede generar sangrado. Este puede ser escaso o abundante, y en este último caso conviene acudir al servicio de urgencias.
Hay casos en los que la atrofia endometrial aparece antes de la menopausia, cuando las mujeres se encuentran en edad fértil. El uso de anticonceptivos u otras razones pueden provocar un sangrado que puede aparecer sin motivos fuera de las fechas del periodo. Asimismo, en caso de buscar un embarazo, habría bastantes dificultades.
¿Existe tratamiento?
El tratamiento de base para que el sangrado debido a la atrofia endometrial cese después de la menopausia es utilizando hormonas. Por ejemplo, el reemplazo de estrógenos puede funcionar bastante bien para que esos síntomas que están apareciendo se vayan reduciendo en la medida que el endometrio recupera, progresivamente, su grosor.
Asimismo, el Manual MSD menciona un fármaco como es el Danazol que reduce el sangrado en aquellos casos en los que es bastante acusado. No obstante, advierten de los efectos adversos que tiene y, por esa razón, conviene seguir todas las recomendaciones que dé el médico para cada caso en particular. Pues, no siempre se ofrecerá la misma solución.
La atrofia endometrial es normal
No hay por qué asustarse al recibir en consulta este diagnóstico. Debido a la disminución de los estrógenos puede aparecer la atrofia endometrial y, en muchas ocasiones, no hay ni siquiera sangrado. Sin embargo, cuando este aparece, es importante comunicárselo al médico para ponerle solución a esta situación, ya que este puede volverse abundante.
Notiespartano/20minutos