Los ucranianos acuden en masa a comprar libros impresos por la mayor imprenta del país, destruida el jueves por misiles rusos en Járkov, para apoyar su recuperación y en reacción a lo que se considera un ataque deliberado de Rusia contra la cultura y la identidad ucranianas.
Unos 50.000 libros fueron destruidos en el ataque que mató a siete trabajadores e hirió a una veintena de la imprenta ‘Faktor-druk’, que en los últimos tiempos ha impreso uno de cada tres libros en Ucrania.
A un millar de kilómetros al oeste, en Leópolis, la librería de Vivat, una de las tres editoriales más importantes de Ucrania y que imprimía sus libros en Járkov, se ha llenado de clientes.
«Me encanta leer y tengo un montón de libros de esta editorial. Tras enterarme de la noticia, he decidido apoyarla», dijo a EFE Olena, una estudiante universitaria de 19 años, cargada con cinco libros que acababa de comprar.
«Rusia no sólo nos está destruyendo a los ucranianos sino también nuestra cultura», subrayó.
Solidaridad ante la amenaza rusa
‘Faktor-druk’ imprimió el diario del escritor infantil Volodímir Vakulenko, asesinado durante la ocupación rusa de la localidad de Izium, en la región de Járkov, explicó otra clienta, Tetiana, que se encontraba en Leópolis en un viaje de trabajo.
«Sentí que era mi deber cívico apoyar a la editorial», afirmó a EFE.
«Rusia ha estado intentando sumir a nuestra sociedad en el caos y tenemos que hacer todo lo posible para resistirlo», subrayó.
Oksana Ziobro, una profesional con 11 años de experiencia en el mercado del libro, escribió en sus redes sociales en respuesta al ataque que es necesario «canalizar la ira y el dolor hacia pasos tangibles».
Como muchos otros ucranianos, instó a sus seguidores a comprar libros de la editorial y a donar dinero para comprar equipos para el Ejército ucraniano.
«Ésta es una manifestación de solidaridad, una forma de decir ‘estoy contigo’, además de proporcionar apoyo financiero», recalcó.
«El enemigo está destruyendo la literatura y la cultura ucranianas, intentando detener el desarrollo de nuestra nación. Por eso, esta oleada de apoyo es muy importante», comentan a EFE desde la editorial Vivat.
Un ataque contra la cultura ucraniana
Según la editorial, toda la atención se centra ahora en ayudar a las víctimas del ataque, mientras que todavía se está determinando la extensión de los daños.
Diez libros de Vivat estaban siendo imprimidos en el momento del ataque, entre ellos literatura infantil y obras sobre la guerra en Ucrania.
Una de ellas es ‘Palabras y balas’, de Natalia Kornienko, una compilación de entrevistas con personas que abandonaron su trabajo creativo para unirse al Ejército o hacer voluntariado.
«Un proyectil de artillería ha caído en mi lenguaje», afirmaba en una de estas entrevistas Victoria Amelina, una escritora que más tarde murió en una ataque con misiles rusos.
El ataque contra la imprenta se produjo exactamente una semana antes de que se celebrara la feria del libro ‘Book Arsenal’ y muchos libros se iban a imprimir para la ocasión, destacó la escritora Oksana Zabuzhko.
«La bombardearon deliberadamente para que estos libros no estuvieran allí, para que no haya ferias del libro, para que no haya libros ucranianos», escribió en sus redes sociales.
Las bombas y los cohetes volaron justo cuando la industria del libro en Ucrania empezaba a volver a ponerse en pie, después de muchos años en los que Rusia había intentando obstaculizar su desarrollo por otras vías, destacó.
La asociación de escritores PEN Ucrania ha señalado, por otro lado, que en los territorios ocupados por Rusia los libros en ucraniano están siendo destruidos y confiscados.
El ataque demuestra que Rusia «está en guerra con la humanidad y con todos los aspectos de la vida normal», afirmó el viernes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante una visita a Járkov, antes de acudir al lugar del ataque, donde aún se podían ver libros quemados.
«Solo hace falta una cosa: la determinación de los líderes mundiales. Suficiente determinación», enfatizó, y pidió más defensas antiaéreas para las ciudades y capacidades de largo alcance para que los soldados puedan proteger Járkov y otras regiones bajo ataque.
Notiespartano/EFE