El Muelle de Cruceros o Puerto de la Mar comenzó cuando el arquitecto Folco Riccio en 1991 diseñó un espacio en Porlamar ideal para esta obra tan monumental para el desarrollo de Margarita y de la Ciudad Marinera el principal espacio comercial con su Puerto Libre para la época.
Por eso Folco Riccio escogió ubicar ese Puerto de Cruceros frente al casco histórico de Porlamar para rehabilitar una zona preñada de historia y donde la pobreza necesitaba una mano para salir de pozo donde estaba condenada.
Para Folco Riccio revitalizar a Porlamar era oxigenar a toda Margarita y potenciar su desarrollo y recuperar su dañado ecosistema maltratado por la contaminación ambiental que por años dañó el ambiente porlamarense.
La idea era ordenar el caos de una ciudad maltratada en su casco histórico por manos criminales que por años maltrataron a la Ciudad Marinera.
La idea central de unir los dos boulevares con la histórica Plaza Bolívar y la Iglesia San Nicolás de Barí fue una jugada arquitectónica maestra que se unía a la idea de rescatar el casco histórico de la Ciudad Marinera.
La idea estaba centrada en abrir la puerta de entrada desde el Caribe a Porlamar en una especie de sueño mágico que traería todos tipo de inversiones a Margarita y que mejor espacio para iniciar el desarrollo de Margarita que utilizar la capital comercial de Margarita con su Puerto Libre para explotar el turismo de la región y esta Ciudad fundada en 1553 era el espacio ideal para sembrar progreso para todo el estado Nueva Esparta.
En el 2008 cuando el presidente Chávez vino a Margarita arrancó la tragedia porque al mandatario se le ocurrió anunciar que devolvería esas instalaciones al pueblo para convertirlo en una universidad y condenó el Puerto de la Mar a la ruina más horrenda de Margarita.
En ese momento se declaró la Bahía de Guaraguao como el principal caladero de sardinas de Margarita y la excusa perfecta que usó el gobierno a través de los pescadores para enterrar los sueños de futuro de los margariteños.
Con los pescadores como vendedores de la destrucción de su propio futuro se sepultó el Puerto de la Mar para siempre y ahora cuando el Santuario de Mamíferos o Waterland como otros han denominado a un proyecto que llegó por el aire desde los cenáculos del poder nacional sin informar al Gobernador de Nueva Esparta o al Alcalde de Maneiro sobre su viabilidad sino por imposición del Ministerio de Ambiente y lo más arbitrario sin considerar la opinión del pueblo de Pampatar y peor aún sin consultar a los más afectados los pescadores.
En Pampatar y en toda Margarita el rumor corrió como pólvora que en Burrito se destruirían los bosques coralinos más importantes de la isla y que los caladeros de sardinas fuente importante de los elementos nutricionales venezolanos serían destruidos al construir el Santuario de Mamíferos.
Así empezó la movilización de la gente con asambleas populares y reuniones en la playa de Burrito donde los pescadores los más interesados en frenar la locura ambiental empezaron a levantar su voz con la misma fuerza que lo hicieron en el 2008 para complacer la jugada populista del presidente Chávez y que tanto daño le hizo a Margarita porque sin dudas con esa trágica decisión le asestó una puñalada al progreso de Margarita.
Ahora pescadores con las mismas características y pasiones humanas lograron sin mucho esfuerzo detener esa monstruosa decisión de construir un Santuario de Mamíferos en una zona prohibida y protegida por las leyes ambientales de la República.
Lo que es igual no es trampa reza el refrán popular y con las mismas armas se bloqueó un proyecto ordenado desde Miraflores y que el ministro Loyo guardó en su busaca de color rojo al decir que el presidente Maduro pospuso el proyecto y ordenó rehabilitarlo porque no se consultó al pueblo de Pampatar.
Está claro que los pescadores levantaron su voz y los consejos comunales también gritaron a los cuatro vientos que no permitirían el inicio del proyecto y que por supuesto en tiempos electorales sería una torpeza enfrentar a un pueblo envalentonado y convencido que ese proyecto era una bomba de tiempo contra el ambiente margariteño.
Al escuchar la decisión de Miraflores el pueblo margariteño y los pescadores se llevaron la victoria que nuestro colega Cronista de Pampatar, Marino Luna, lideró con su conocimiento del mar y con su fortaleza historicista de tradición pampatarense.
Un acontecimiento para la historia que debe ser recogido por los mismos cronistas como una muestra de que si se puede echar para atrás una decisión presidencial al hacer los reclamos con respeto y elevando la categoría del discurso para mostrar que el pueblo tiene la razón.
Por supuesto que los tres caballitos del apocalipsis Samir Al Attrach de las ZEE, Alexandrello el caporal del PSUV y Alí Padrón, el padrino electoral del PSUV en Nueva Esparta recibieron su primera derrota ante un pueblo que sabe tomar decisiones y defender con su coraje las costas margariteñas porque si no lo saben, aquí se venció a Morillo y su legión de gladiadores militares formados en las grandes academias del mundo en materia bélica y se les advierte desde ya que los herederos de los indios guaiqueríes y descendientes de Mariño, Arismendi, Francisco Esteban Gómez, Petronila Mata y tantos héroes de la Independencia.
Eso que quede claro y que no es fácil imponer caprichos con proyectos inverosímiles cuando tenemos serios problemas con la quiebra del Hospital “Luis Ortega” de Porlamar, con todas las plantas de tratamiento destruidas lo que está generando un colapso ambiental que espanta a los turistas y con las históricas crisis del agua y la luz que son los principales karmas del desarrollo de Nueva Esparta y los grandes obstáculos para el desarrollo del turismo en Margarita y Coche.
No crean que con la entrega de 30 carros a taxistas y un Santuario de Mamíferos pueden conquistar a Nueva Esparta cuando los problemas capitales forman parte del olvido a que los gobiernos convierten a Nueva Esparta durante sus mandatos y que en los últimos 24 años nada se ha hecho por transformar la realidad social de la región, pues “No es fácil conquistar un territorio que con su historia ha dado muestras de grandeza para que nunca olviden los venezolanos que desde Nueva Esparta siempre han sonado los cañones de la libertad.
Encíclica/ManuelAvila