Cuando los robleros peleaban por la Independencia de Venezuela desde el Cerro La Ermita, llamado así porque hay una capilla con ese nombre desde tiempos inmemoriales, estos nuevos conquistadores que quieren poner una chicharronera en ese espacio no existían.
Se dice que la Ermita construida en el Cerro data de la época de la Colonia y en la Independencia fue un sitio de avistamiento para ver cuando entraban los realistas a nuestros mares y en ese espacio se libraron algunas batallas durante la época de la Independencia.
Los Robles se incorporó a la lucha independentista sus pobladores no solo combatieron, sino que sus agricultores y criadores de ganado colaboraron y participaron en la lucha por la libertad de Venezuela
Escribió Rosauro Rosas Acosta en su libro “Los Robles, datos para su historia” que Los Robles fue un espacio de combates muy importante en la lucha independentista. El 28 de julio de 1816 se dio una gran batalla de los patriotas contras las huestes de Urreztieta en los caminos de Los Robles y que el 24 de julio de 1817, 3l coronel Juan Aldama del Ejército de Morillo dejó en la población roblera amplias huellas de torturas y muertes”, P.20.
“En la célebre acción del Cerro La Ermita del 3 de agosto de 1817 la historia dice “El día 3 de agosto dispuso el general Francisco Esteban Gómez un paseo militar sobre Pampatar para lo que se escogieron 300 hombres de caballería y 300 de infantería, marchando aquella por el camino de Los Robles y reunidos en el Cerro de La Ermita. En ese momento se descubrió una partida enemiga que fue acometida y destrozada al momento, huyendo por los montes y otros por la ensenada de Moreno de los cuales se cogieron 17 y por ellos se supo que Morillo atacaría el 5 por la parte norte”. Rosauro Rosas Acosta, “Los Robles, datos para su historia”, pgs 20y 21.
Se debe resaltar la presencia de los capuchinos que vinieron por los años 60 a Margarita y que subieron y bajaron el cerro muchas veces por considerarlo un lugar sagrado para sus rezos y actos religiosos
El Cerro de La Ermita que fue declarado Monumento Nacional por el Gobierno Nacional es intocable para la construcción de cualquier infraestructura y si en el pasado se permitió la construcción de las casas de Ángel Avila y Frank Luis Brito eso fue una ilegalidad para aquel momento porque se violaron derechos ambientales de un cerro patrimonio nacional y monumento ambiental de la República y que además por haber sido escenario de luchas independentistas y un sitio de avistamiento estratégico es un patrimonio histórico de la nación. A eso hay que agregarle que por existir esa capilla de La Ermita desde la Colonia es un patrimonio religioso donde se celebraron grandes actos para la feligresía insular.
Por otra parte la celebración del Velorio de Cruz de La Ermita por más de medio siglo convirtió ese espacio en un patrimonio cultural de los robleros porque no solo se libraron luchas independentistas, sino grandes batallas de la improvisación que convirtieron a los galeronistas de aquella época en grandes gladiadores de la cultura insular porque no solo le cantaban a Margarita y su historia, sino a los acontecimientos independentistas y al Cerro La Ermita como centinela de Los Robles.
Por tanta historia y lo que representa el Cerro de La Ermita para Margarita y su Independencia y por ser un Monumento Ambiental de importancia nacional es extraño que desde el Minec dieran un permiso para remover una capa vegetal que devino en una chicharronera en un ícono del ambiente y la historia nacional. Ni se sabe cómo lograron ese bendito permiso en la gestión de la directora del Minec Jenifer Gil, pero se movieron erróneamente porque la funcionaria solo se lo dio para remover restos vegetales y lo usaron para instalar un negocio que no puede instalarse a las faldas de un monumento ambiental que fue escenario de batallas por la Independencia y eso viola los principios del Instituto de Patrimonio Histórico y las leyes de la República en materia ambiental. Ante esa violación de los derechos colectivos del pueblo de Los Robles la chicharronera no cabe en un espacio sagrado para los pilarenses.
Por esos la Sindicatura Municipal del Municipio Maneiro conjuntamente con la Dirección de Ambiente Municipal están obligados a paralizar esa obra que parte del desconocimiento por ignorancia de las leyes de la República que esos espacios son sagrados por razones históricas, ambientales, culturales y religiosas.
La ignorancia hace que en los pueblos se cometan aberraciones contra la historia, el ambiente, la cultura y la religión y este caso del Cerro La Ermita es un reflejo de los errores en que incurren los hombres de una sociedad. Ahora cuando la chicharronera rompe con la armonía de la poligonal histórica de Los Robles es importante que los organismos competentes impidan este crimen contra el ambiente de lo que representa el centinela del pueblo de Los Robles.
Ahora viene el procedimiento de los organismos ambientales del Estado y la intervención del IPC como preservador de la historia de la República, pues es evidente que el título de propiedad no da pie para que los dueños de terrenos pueden pasar por encima de las leyes de la República.
Sin dudas que el permiso del Minec fue solo para mover la corteza vegetal y se equivocaron los que vieron la posibilidad de instalar una chicharronera en los espacios de un monumento ambiental e histórico. Solo se espera la intervención de los organismos competentes para poner orden en la torpeza que cometen los ciudadanos y que no tiene una sola justificación posible para mostrarle a los habitantes del pueblo de Los Robles el abuso de ir contra su esencia, contra su historia, contra su cultura y su religión.
Enciclíca/ManuelAvila