La franja de edad es uno de los temas más controversiales al momento de hablar de maquillaje. Si bien millones de personas alrededor del mundo realizan la práctica, y no existe una regla o norma oficial, por lo general, a menudo queda abierto el debate respecto a los límites de uso durante la juventud.
¿Cuál es la edad correcta para empezar a maquillarse?
Ante la ausencia de un límite establecido, son tres los aspectos que rigen todo lo que respecta a la utilización de maquillaje: la sociedad, la cultura y los padres. De acuerdo a los estándares sociales, es habitual iniciarse en la práctica entre los 14 y 15 años mediante un toque de color en los labios o la aplicación de un poco de rimel.
En cuanto a la cultura, existen países como España, en los que es normal ver a los jóvenes buscar aplicaciones para aprender a maquillarse a partir de los 15 años, mientras que en otros, suele ser una idea inconcebible.
Por otra parte, cabe resaltar la presión que ejercen las redes sociales. En la actualidad, es sencillo encontrar influencer de moda que invitan a adentrarse en esta nueva etapa desde temprana edad e incluso, ofrecen consejos y tutoriales.
Los padres ponen las normas
Si bien la sociedad y la cultura sirven de guía para establecer la edad media en la que se considera correcto empezar a maquillarse, todo depende de las reglas del hogar.
De hecho, en la mayoría de los casos, el primer contacto con el mundo del maquillaje es a través de los productos cosméticos disponibles en casa o, en su defecto, durante las salidas entre amigos.
La clave está en una práctica adecuada
Además de tomar en cuenta que los cosméticos elegidos sean acorde a la franja de edad, es importante aplicar los productos que corresponden a las características de la piel.
Esto se debe a lo diferentes que son los cuidados que merece la piel grasa respecto a los que requiere el cutis con tendencia seca, mixta o normal. Además, hay que tener especial cuidado con las pieles sensibles, ya que ciertos productos podrían causar reacciones desfavorables.
De esta forma, es un error que los adolescentes utilicen los cosméticos de sus madres, ya que las pieles enfrentan etapas distintas y necesitan fórmulas adecuadas a sus necesidades.
Asimismo, los dermatólogos recomiendan evitar la práctica antes de los 14-15 años y seguir un esquema progresivo en el que se priorice la búsqueda de la naturalidad, en lugar de lucir rostros demasiado maquillados.
Por ejemplo, conviene empezar por la aplicación de labiales en tonalidades suave, después añadir color en las mejillas y esperar un poco antes de pintar los ojos. En los jóvenes, el exceso de maquillaje tiene un efecto contrario al que esperan y desean.
Consejos para los padres
Como padres resulta complicado enfrentar la petición de los hijos acerca de comenzar a maquillarse. Mientras para nosotros siguen siendo nuestros pequeños, en ellos crece el deseo de experimentar y es nuestra responsabilidad guiarlos en el camino.
Si sientes que estás cerca de ver el maquillaje pasar de una forma de expresión y diversión, a una práctica en la que vas a tener que incluso guiarlos con consejos sobre cómo hacer un eyeliner según la forma de los ojos, no te desanimes y evita tomar decisiones precipitadas.
En lugar de dar un «no» rotundo como respuesta, los especialistas en el tema aconsejan sentarse y dialogar. Negarse sin más puede desencadenar comportamientos rebeldes.
El objetivo es hablar abiertamente, saber escuchar y ofrecer las razones que justifican la negatividad. De igual forma, vale la pena comunicar la edad en la que consideramos prudente incluir el uso de maquillaje en la rutina, así sabrán el tiempo que deben esperar.
Comunicación ante todo
Los psicólogos coinciden en que, más que preocuparnos por la edad, resulta crucial establecer una conexión padre e hijo que los ayude a estar preparados para enfrentar los desafíos y presiones que ejerce la sociedad.
Antes repartir directrices sobre la posibilidad de maquillarse o no, es indispensable preguntar los que la práctica significa para ellos. Cerca del 70% de los adolescentes que quieren incursionar en el uso de maquillaje lo hacen influenciados tanto por terceros, como por los cánones de belleza que imperan en la sociedad.
Elegir una cantidad justa de maquillaje
Nadie desea que sus hijos de 12 años parezcan de 24. Las maquilladoras diplomadas defienden la idea de aplicar la regla «menos es más». En este sentido, lo único que consideran apropiado es el brillo de labios.
Particularmente hablando de eventos especiales, como un baile escolar, cabe la posibilidad de iluminar las mejillas utilizando una pequeña cantidad de colorete o añadir color mediante la aplicación de sombras de ojos que sean acordes con el vestuario.
Entre los 14 y 17 años, las profesionales plantean la opción de reemplazar el brillo por pintalabios e incluir, colorete y maquillaje de ojos siempre que sean colores neutros o claros.
En cualquier caso, empezar a maquillarse de forma regular requiere, en primer lugar, demostrar que saben seguir una rutina de skincare acorde al tipo de piel.
Control sin generar vergüenza
La preadolescencia es una de las etapas más difíciles que enfrentan los seres humanos. Durante este proceso, es habitual tener que lidiar con la rebeldía, el deseo de los hijos de sobrepasar los límites y la posibilidad de que se están sexualizando.
Los padres tenemos la responsabilidad y el compromiso de mantenerlos a salvo y orientar desde un punto de vista saludable, o lo que es igual, sin interrumpir su proceso de autodescubrimiento.
El tema del maquillaje no tiene que ser un tabú, todo lo contrario, se aconseja dialogar de forma cercana, es imposible guiar a los jóvenes sin tomar en cuenta sus necesidades e inquietudes.
Explica las normas básicas de cuidado como lavarse siempre el maquillaje, mantener hidratada la piel, el ácido hialurónico es perfecto para ello, y nunca aplicar base sobre granos abiertos o “reventados”.
Conversen respecto a la forma de proteger su piel, así como de las consecuencias del maquillaje. Acompáñalos a explorar los productos que son apropiados y pueden favorecerlos, en lugar de soltarlos y permitir que aprendan únicamente de sus errores.
En definitiva, mientras más jóvenes sean, menos maquillaje debe llevar. Asimismo, es fundamental que entiendan la necesidad de seguir una rutina de limpieza que permita tanto preparar la piel antes de la aplicación de los productos cosméticos, como eliminar los residuos que dejan las diferentes fórmulas.